Por Mica, por todas las que no están y para que no falte ninguna mas

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By Corriendolavoz

El sábado se confirmó lo que ya muchos veníamos temiendo: Micaela Garcia era un nuevo crimen producto de la violencia machista. De inmediato se dispuso que salir a las calles era urgente; de inmediato, se colmaron las calles. 

Micaela tuvo varios asesinos; a Micaela la asesinó Sebastian Wagner, la asesinó el Juez Rossi; la asesinó el Estado entrerriano cuando prefirió ahorrar los 130 mil Euros que hubiesen permitido hacer el estudio que permitía garantizar la condena efectiva del responsable material. A Micaela la asesinó el Estado nacional que tiene una nula política en lo relativo a la violencia machista. A Micaela la asesinó, también, la sociedad patriarcal en la que vivimos, porque quienes niegan la existencia de los crímenes machistas, son cómplices de reproducir el patriarcado de generación en generación.

Nos cosifican, nos convierten en mercancía, nos transforman en un bien de uso y abuso. Nos acosan, nos criminalizan y, como si todo eso fuese poco, nos matan.

¿Cómo se hace para contener la rabia? ¿Cómo se hace para que el dolor no nos detenga? ¿Cómo evitamos que el miedo se transforme en pánico y nos paralice? Una manera, es estar juntas y ser cada vez más, aunque quieran que cada vez seamos menos. Salimos juntas a gritar que si tocan a una, tocan a todas.

Micaela Garcia
Micaela Garcia

Salimos acompañadas, también, de hombres porque ningún cambio cultural puede darse sino lo hace el conjunto de la sociedad. El patriarcado no distingue de géneros; está presente en hombres y mujeres por igual. Al patriarcado no podemos reeducarlo y debemos eliminarlo para que deje de matar. 

Nuevamente miles copamos las calles para gritar que  nos queremos libres,  nos queremos seguras y, por sobre todas las cosas, vivas.

Por Micaela, por Candela, por Ángeles, por Erica, por Marita y por cada una de las que ya no está. Por Karina y por todas las sobrevivientes que caminan con nosotras al tiempo que conviven con su asesino contaminando la sociedad en la que vivimos. Por Higui que está presa a raíz de haberse defendido mientras la golpeaban y violaban; presa por la misma Justicia machista que dejó libre a quien nos arrebató la vida de Micaela. Por las que padecen en silencio y repletas de miedo. Incluso por aquellas y aquellos que no se dan cuenta del ´machito´que llevan dentro.

No queremos ser más objetos. No queremos que nos sigan matando. No queremos que nos sigan acosando y violando. No queremos que haya ninguna menos.

Micaela era una activa militante contra el patriarcado y contra la desigualdad social; la mejor manera de honrarla, tal como dijo su familia, será continuar esta lucha por ella.

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