Alberto Kornblihtt: “La decisión de la mujer de continuar o no con un embarazo tiene que ver con su propio cuerpo”

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By Corriendolavoz

Esta semana, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, presentó por octava vez consecutiva ante el Congreso de la Nación, el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En un año clave, como todo año electoral. Pero con la presión del innegable avance que fue la experiencia de 2018 donde miles y miles de personas se manifestaron a favor de la ley, a favor de debatirla, de argumentar y reflexionar de qué se trata esta demanda histórica del feminismo.*

Lazos verdes, martes verdes, pañuelos verdes en mochilas, como brazaletes, en carteras, en el cuello, la cabeza, en guitarras, donde sea. Colgarse el pañuelo verde es señal de haberse dejado interpelar, de haber conversado, de encontrarse a escuchar y decidir defender la vida, frente a las miles de muertes que ocasiona el aborto clandestino. Se trata de derechos, de libre decisión y autonomía.

Alberto Kornblihtt es biólogo molecular, docente universitario y prestigioso investigador del CONICET. Su fama más reciente no se debe a ninguna publicación académica sino a su intervención durante las sesiones en el Congreso para debatir la ley del aborto. Su respuesta a la senadora Silvia Elías de Pérez aquel 17 de julio de 2018 se volvió viral y su rotundo “no, no está bien. Está mal”, permanece en la memoria de todas las personas que por esos días estuvieron atentas a cada sesión donde se argumentaba sobre la importancia vital de promulgar una ley que está en la agenda histórica de los movimientos feministas.

Eleonora Ghioldi es fotógrafa, investigadora y autora del proyecto Guerreras. Con su trabajo desde la fotografía, entrevistas y testimonios, hace un abordaje sobre la violencia de género y los feminicidios. En los últimos años Guerreras se expuso en museos, universidades, espacios culturales y en el Senado de la Nación. Actualmente, Eleonora desarrolla una investigación en curso sobre legalización del aborto. En el marco de este proyecto entrevistó a Alberto Kornbllihtt. Lo que sigue, es un fragmento de esa conversación que la fotógrafa y el biólogo compartieron especialmente cedida como adelanto para Corriendo la voz.

Conocí a Alberto a través de un amigo. Nos encontramos en su oficina en Ciudad Universitaria.  Al subir por el ascensor de un edificio aún en construcción, pero con sus pisos superiores habilitados y en ferviente actividad, llegué a los laboratorios donde se hacen investigaciones para el CONICET.  Desde un gran ventanal se podía ver el Río de La Plata, bello, inmenso. Y ahí estaba Alberto, serio. Debo reconocer que me intimidó bastante tanto conocimiento. Y, vale aclarar, que no me intimido fácilmente.  Me ofreció mate cocido con leche y empezamos nuestra entrevista….

Eleonora Ghioldi: Alberto, ¿Podés definir el concepto de vida según la biología?

Alberto Kornblihtt: La vida es una forma particular de la organización de la materia, de los átomos y las moléculas, que cumplen con dos propiedades que son características de lo que llamamos células vivas.  Esas dos propiedades son: reproducción, una célula puede dividirse y dar dos células hijas; y metabolismo, es decir el intercambio de energía y de materia con el medio que rodea la célula. En este sentido, para la biología la palabra vida se aplica a las células, por supuesto las células se pueden organizar en tejidos, en órganos y en individuos. Nosotros consideramos que las células están vivas, tanto estén organizadas en órganos y tejidos, o no.  Por ejemplo, los espermatozoides que van a fecundar un óvulo están vivos, los propios óvulos están vivos, la placenta, que ayuda al embrión a intercambiar materiales con la mujer, tiene células vivas, y el cordón umbilical tiene células vivas. Por lo tanto, incluso los espermatozoides que se tiran a la pileta en una masturbación también están vivos. Es decir, que el concepto de vida para la biología realmente se aplica a una variedad de tipo celulares y no exclusivamente al embrión y al feto que surgen de la fecundación del espermatozoide con el óvulo.

EG: ¿A qué se refiere el término “vida humana” y cuál es su relación con convenciones sociales y jurídicas? ¿Cuándo empieza la persona humana según las legislaciones?

AK: La unión del espermatozoide con el óvulo es una condición necesaria pero no suficiente para generar un ser humano completo. Una vez que se unen y forman el cigoto ésta célula se va dividiendo y va a formar, primero, el embrión multicelular y luego un feto.  Más adelante va a llegar a término y se va producir el parto. Para todas las legislaciones, incluso de aquellos países donde está prohibido el aborto, el concepto de persona humana, de persona jurídica, surge con el nacimiento con vida. Tal es así que en esas legislaciones, incluso en la Argentina, se dice que si un embarazo termina por razones naturales prematuramente o por razones provocadas, ese feto, ese embrión, se da por no haber existido nunca jamás. Por esa razón no existen cementerios para fetos o embriones, ni tampoco se les da un nombre, ni se los inscribe en el registro civil.

EG: Entonces ¿dónde o cuándo se genera el conflicto entre concepto de persona vs. concepto de embrión o feto?

AK: No hay contradicción entre la biología y el concepto de persona jurídica. La persona jurídica es el nacido con vida. Donde sí parece haber una contradicción es lo que algunos llaman “vida humana”, que es una convención social, jurídica y religiosa que pretende darle a ese embrión -o ese feto- el carácter de ser humano cuando todavía no completó su desarrollo. Por supuesto que hay leyes y está perfectamente admitido que debe protegerse al embrión por su posibilidad de generar una persona, pero esa protección del embrión que incluso a veces le da derechos suspensivos como, por ejemplo, una herencia si nace con vida, no pueden estar por encima de la decisión de la mujer de continuar o no con un embarazo porque eso tiene que ver con la decisión con su propio cuerpo.

EG: Durante los debates del Senado, vos hablaste del embrión o feto como ser no independiente del cuerpo de la mujer….

AK: El embrión o feto que está dentro del cuerpo de la mujer es como una parte de su cuerpo, que además es totalmente dependiente de ella. Para poder subsistir ese embrión o feto, obligatoriamente, tiene que intercambiar oxígeno con la sangre de la mujer, tiene que intercambiar alimentos y realmente ese intercambio es necesario para que el embrión no se intoxique. Por ejemplo, el embrión y el feto generan sustancias tóxicas que son eliminadas a través de la sangre de la mujer gestante. Así que realmente el problema de aquellos que plantean como punto de inflexión que si ya hay un embrión o feto eso es un ser humano, y terminar prematuramente con un embarazo sería un homicidio, es biológicamente incorrecto y hasta legalmente incorrecto.

EG: ¿Por qué?

AK: ¿Por qué digo que legalmente incorrecto? Porque incluso la legislación permite interrupciones del embarazo de mujeres violadas.  Entonces, si lo que hubiera adentro del útero de una mujer fuera una persona, fuera una vida humana intangible, uno se pregunta por qué el embrión o feto proveniente de una violación tendría menos derechos a subsistir a un embrión o feto proveniente de una relación sexual consentida. O sea, que ya la sociedad no le da a ese ente, al embrión o feto, el carácter de un ser humano con plenos derechos, y entonces yo creo que prevalece o privilegia ahí el derecho de la mujer de decidir sobre su propio cuerpo.

EG: En tu opinión, ¿cuál es la relación del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo con las convicciones sociales o religiosas?

AK: En realidad me hace reflexionar que en nuestro país se pretende encarar discusiones desde cero como si fuéramos a inventar las concepciones legales o las concepciones biológicas, y no tenemos en cuenta que estos debates ya se llevaron a cabo en muchos otros países, muchos de los cuales se toman como modelo y con los que tenemos relaciones diplomáticas, culturales, sociales, económicas. No podríamos pensar, por ejemplo, que los habitantes de Inglaterra, de Francia, de España, o de Uruguay son asesinos porque permiten el aborto. Creo que la Argentina ha dado un paso importante en discutir este tema pero lamentablemente se frustró y quedó clara en la discusión en el Senado que esa frustración estaba muy influenciada directamente por la Iglesia, o por personas que anteponen su pensamiento o sus concepciones religiosas a los derechos que rigen en una sociedad democrática…

Alberto Kornblihtt

EG: Me gustaría volver al tema de la ley en la Argentina, ¿cuando hablamos aborto vs. homicidio, a que nos referimos?

AK: Uno de los temas que más preocupa es considerar que la interrupción prematura de un embarazo puede ser homologable a un homicidio y la verdad es que la progresividad, la gradualidad del desarrollo embrionario tiene muchos hitos, pero quizás el hito más importante, más radical, más traumático, y que por suerte los seres humanos no tenemos memoria, es el nacimiento. Como ya mencioné anteriormente, en el nacimiento se pasa de intercambiar oxígeno a través de la placenta entre la sangre de la mujer y la sangre del feto para que el bebé ahora ventile sus pulmones, respire. Y ese es un cambio muy fuerte.  El otro cambio fuerte es que deja de intercambiar alimentos a través de la placenta para alimentarse por su propia boca y con su sistema digestivo. También hay cambios bioquímicos que ocurren y es que durante el desarrollo, la hemoglobina, que es una proteína de la sangre que sirve para transportar oxígeno es producida por el hígado del feto, y es un tipo de hemoglobina muy distinto a la hemoglobina del adulto o del niño. Cuando se produce el nacimiento el hígado deja de producir esa hemoglobina y es la médula ósea la que pasa a producir otro tipo de hemoglobina. O sea que tanto bioquímicamente, como morfológicamente y fisiológicamente los grandes cambios se producen en el parto con el nacimiento con vida.

»También debo mencionar algo que fui aprendiendo -porque yo no soy ni médico ni abogado- en los debates. El embrión humano se considera embrión hasta las ocho semanas de embarazo, a partir de las cuales lo se considera feto. Ahora bien, hasta las veinticuatro semanas, pese a que ese feto ya tiene desarrollados órganos, sistema nervioso, tiene aspecto antropomórfico, y se parece a un bebé no podría sobrevivir fuera del útero de la mujer. Si se lo quisiera sacar antes de las veinticuatro semanas no podría sobrevivir porque su cerebro no está todavía maduro para controlar justamente la respiración a través de los pulmones, es decir, la ventilación.

EG: Es decir, que realmente no hay hasta las veinticuatro semanas la posibilidad de una vida independiente.  La dependencia del útero de la mujer es absoluta.

AK: Ahora, ya que tengo tiempo, vale la pena decir que nosotros somos mamíferos placentarios. Los mamíferos se dividen en tres grupos.  Están los monotremas, que son los mamíferos que ponen huevos como el ornitorrinco, están los marsupiales que son mamíferos donde el embrión nace por vía vaginal incompletamente formado y repta hasta la bolsa o marsupio y termina su desarrollo en el marsupio, como los canguros o las comadrejas, y estamos los placentarios donde hay una placenta que nos permite completar el desarrollo dentro del útero de una mujer. La cosa en común que tenemos los tres grupos es que tenemos pelo y producimos leche, que son los dos caracteres taxonómicos exclusivos de los mamíferos. Los pájaros no tienen pelo, tienen plumas y no producen leche, los reptiles no tienen pelo y no producen leche y así todos los demás. Ahora bien, nadie hasta el presente ha logrado el desarrollo de un mamífero placentario desde un cigoto hasta un adulto fuera del útero de una madre, fuera del útero de una hembra. Ni en los ratones, ni en las jirafas, ni en hipopótamos, ni en los tigres, ni en los gatos, ni en los perros, ni en los humanos.

Terminamos la entrevista y apague la cámara y el micrófono, y nos tomamos nuestro mate cocido con leche, ya un poco frío.

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