#LITERATURA DISTOPÍAS: Fahrenheit 451 de RAY BRADBURY

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Juan Pablo Paz
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De esta manera, se completa la trilogía de distopías que mejor pintaron el ajetreado, a veces calamitoso, otras tantas esplendoroso y largo, siglo veinte. Ray Bradbury, George Orwell y Aldous Huxley supieron, desde la literatura, describir los detalles de un pasado muy presente.


Por Juan Pablo Paz @PiuAvanti90

El Sputnik 1, lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión Soviética fue el primer satélite artificial de la historia. De esta manera se inauguraba la llamada Era Espacial dentro de lo que fue la Guerra Fría. Sin embargo, Bradbury se había adelantado con los viajes espaciales.

“El verano del cohete. La gente se asomaba a los porches húmedos y observaba el cielo, cada vez más rojo. El cohete, instalado en su plataforma, lanzaba rosadas nubes de fuego y calor. El cohete, de pie en la fría mañana de invierno, engendraba el estío con el aliento de sus poderosos escapes”, con estas palabras comenzaban las Crónicas Marcianas, publicadas en 1950.

Capítulo tras capítulo el autor describe el paisaje marciano con sus nuevos colonizadores. La vida en otro planeta, la necesidad del hombre por expandirse más allá del planeta tierra. Nuevo mundo pero viejas costumbres van desencadenando un epílogo introspectivo que nos lleva a reflexionar sobre qué tanto avanza la humanidad pero retrocede el hombre.

Pero Bradbury también se adelantó en lo relacionado con el manejo y el acceso a la información a través de su obra Fahrenheit 451:

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 El 10 de mayo de 1933 un grupo de estudiantes y profesores pertenecientes al partido nazi realizaron una quema pública de libros en la Plaza de la Ópera en Berlín y en otras ciudades universitarias. Este hecho se llevó a cabo en el marco de las acciones contra el espíritu anti-alemán.

La dictadura argentina del 76´, también tuvo su propia quema de libros. En la mañana del 30 de agosto de 1980, en un terreno baldío de Sarandí, se perdieron un millón y medio de libros, publicados por el Centro Editor de América Latina. Como siempre en estos casos, nuestra dictadura nos deja en lo más alto de la Escuela de las Américas.

¿A qué temperatura se queman los libros? ¿Existe un fuego capaz de borrar todo rastro en de creatividad, de curiosidad, incluso de memoria? 451 Grados en la escala de Farenheit (equivalente a 232,8 ºC.), esa es la temperatura justa. Esa fue la respuesta de Bradbury. Pero ¿Por qué era tan peligroso leer un libro?

“¿Se da cuenta, ahora, de por qué los libros son odiados y temidos? Muestran los poros del rostro de la vida. La gente comodona sólo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo, inexpresivas. Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol. Incluso los fuegos artificiales, pese a su belleza, proceden de la química de la tierra. Y, sin embargo, pensamos que podemos crecer, alimentándonos con flores y fuegos artificiales, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad”

Farenheit 451, publicada en 1953, nos presenta una suerte de Reino del revés, donde los bomberos en vez de prevenir y combatir incendios son los encargados de quemar libros. Esta misión les fue encargado por el Gobierno ya que leer podría resultar nocivo para la pasividad y felicidad social.

La trama se desarrolla alrededor de Guy Montag, un bombero que empieza a cuestionar la sociedad en la que vive y su trabajo como bombero. Estos planteos comienzan luego del encuentro con Clarisse, una chica con la peligrosa particularidad de preguntar y preguntar. Y las preguntas pueden atentar contra la más perfecta de las dictaduras.

Los tres autores desarrollados en esta nota y la anterior (*), dedicaron su pluma a describir, advertir e incluso a vaticinar sobre el convulsionado Siglo XX. Se podría decir, con cierto pesar, que los tres acertaron bastante en sus distintas distopías. Quizás la vida nos pase o nosotros la pasemos a ella, de todos modos, lo único cierto es que “a nadie le importaría, ni al pájaro ni al árbol, si desapareciera la humanidad/ ni la primavera, al despertar al alba, se enteraría de que ya no estamos”.

 * Nota anterior: “Distopías: Orwell vs Huxley”
http://corriendolavoz.com.ar/literatura-distopias-orwell-vs-huxley/

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