#LaCavernaEnLaTrastienda y una Posguerra que va llegando a su fin

La noche del sábado pedía calor y la banda platense, una vez más, supo darlo en una Trastienda llena de amor y compromiso.

El frío no opacó las sonrisas ni disminuyó las ansias por entrar a la cuarta noche de La Caverna en La Trastienda. Minutos pasadas las once, las puertas se abrieron. El público se repartió a lo largo y ancho del local de San Telmo, mientras  las luces bajaban y se escuchaba “Vamo, vamo, vamo La Cave”. Así, se daba inicio a la despedida de Posguerra, el cuarto material de estudio de la banda.

Arrancaron “De a poquito” y así la energía fue cambiando. Con luces rosas y violetas surgieron los primeros acordes y apareció Diego Fauci poniéndole voz y alma a la velada. Al igual que al resto de los músicos (todos con remeras negras) se lo vió disfrutar de y con la gente. Como un “Hombre de humo” se empezaba a ir el disco que más los acercó al público. “…Presos de la más cruel paradoja…”, los presentes armaron el primer pogo con “Culpables de no morir” y ya todo era fiesta.

Diego contó que estaban felices de volver a tocar, después de dos meses en los que estuvieron dedicados a la producción del próximo disco y disfrutando la llegada de Galo, el primer hijo de Juano Falcone, baterista y letrista de la banda. También le dio la bienvenida a Gastón Compagnucci, el nuevo bajista.

Con “Vales de besos retornables”, “Cinco horas”, “Milagro de otoño” y “Nacer para vivir” se iba el primer tercio del show y, con él, gran parte de Posguerra. Se hizo un nuevo impasse, esta vez para anunciar las próximas fechas: el 27 de agosto, invitados por De La Gran Piñata, en Monte Grande; y el 17 de septiembre, acompañados por Quimera de sueño, en Lomas del Mirador.  

“El verano que no pudo ser” generó un “Cielo opaco” que, con Fauci como segunda guitarra, hizo subir a muchos a los hombros de amigos o cercanos para  cantar “Ese o ese”. Fueron “La canción que precisaba” y “Las montañas de mi lado”, los temas de Posguerra que dieron cierre a la primera parte del show.

Luego del receso, la voz de La Caverna pidió silencio para presentar un tema nuevo: “La odisea de Ulises”. Contó que Ulises era un seguidor de la banda, que debió luchar contra una grave enfermedad. Los músicos, en agradecimiento y como homenaje, quieren, a través de esta canción, “vengar su ausencia”.

Como en cada show, la banda dio la vida por la vida que quieren vivir. Así, con “Bicho de pasto”, “Un nuevo motor” y  “El incendio del ángel” la gente se siguió soltando y disfrutando de “Resolana”, una canción que según Fauci hace mucho no tocaban. Con “¿Ahora qué le digo a la vida?” se largaron a bailar y siguieron agitando con “Cuatro de copas”. Como también es habitual, hubo momento para pedir justicia y “Por el nombre del rock” gritaron: “¡Callejeros inocentes!”.

El final se hizo inminente y todos se entregaron a “Que me mate el rock”, despidiendo una noche donde el frío no desalentó porque la música los hizo sonreír. “Los negadores” le dieron cierre a un show lleno de emociones; pero que no será el único, ya que este adiós a Posguerra continuará con una pequeña gira por Córdoba y Rosario el 1 y 2 de octubre, respectivamente. Así, seguirá recorriendo el país y muchos corazones el amor, la lucha y el compromiso de La Caverna.

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