#Entrevista Otro maldito abuso policial

La sorpresa me encuentra en la ciudad de Bahía Blanca, cuando tomo conocimiento de un hecho desagradable en todo sentido: para los que lo vivieron, para los espectadores, para el ciudadano común aunque, lo más paradójico, también para los compañeros del policía protagonista de esta historia. El oficial Teodoro Carlos Tanasijevic perteneciente a la División Comando de Patrulla de la Policía Bonaerense (conocido simpatizante del dictador Jorge Rafael Videla y un admirador de Adolf Hitler), fue protagonista de una tarde de furia, el 9 del corriente mes.

Un móvil de la Bonaerense, un efectivo de la Fuerza alterado, un joven que rompe en llanto y un sin fin de descalificaciones verbales, irreproducibles y humillantes, hacia una chica de 16 años, llamaron la atención de un grupo de personas que se encontraba en el lugar. Entre ellos  estaba Jonathan Vélez,  Presidente de la Sociedad de Fomento del barrio Spurr, quien pasó de testigo a víctima del abuso policial.

Para explicar cómo comenzó el “show” de este efectivo policial resulta necesario detallar una situación particular que se da en esta localidad. Los chicos en el barrio suelen tener entretenimientos varios, sobre todo aquellos que no consiguen apegarse emocionalmente  a una playstation  o a un teléfono celular. Hay muchos juegos, pero entre ellos está el armar una moto, una 50, como le dicen. De a poco, peso a peso, tuerca a tuerca, limpiando patios o haciendo mandados a gente mayor para poder juntar todo el dinero necesario, estos chicos que están entre los 12 y los 15 años van haciendo realidad su juego.  Para algunos una botella chica, esas de gaseosa, es un mero desperdicio que queda en alguna vereda, pero en este caso es el pequeño tanque de nafta que sirve para dar unas vueltas por el barrio, con amigos o, quien dice, con algún amor de paso.

La tarde en cuestión, uno de los que pudo armar su moto, llevó a sus hermanos chiquitos al colegio, a la número 23 del barrio Spurr, donde desde hace un tiempo la Policía Local custodia la salida y entrada de chicos. Prevención con la cual la mayoría está de acuerdo. La mala suerte recayó en el pequeño motor que, al pasar por enfrente de los oficiales, quedó detenido allí. El joven conductor fue abordado por los uniformados que actuaron de buena fe y pidieron los papeles correspondientes, el chico respondió que no los tenía porque le faltaba pagar una parte para que se los entregasen.

Jonathan Vélez, conocido y muy querido dirigente social en Bahía Blanca, se acercó para tomar conocimiento de lo que allí sucedía. El joven lo miró pidiendo apoyo, una mano, pero como dicta la ley: no se puede manejar un vehículo sin papeles. Vélez, de la mejor manera, se lo explicó y el chico rompió en llanto sobre su moto, quizás pensando que la perdería, que todo el esfuerzo se iría en un minuto.  El oficial pidió apoyo al Comando de Patrullas, siendo erróneo el proceder, dado que Bahía Blanca dispone de un organismo dedicado solamente al tránsito.

Vélez, con cierta sospecha de lo que podría pasar comenzó a grabar con su teléfono celular, y no falló su instinto. Fueron tan solo cuatro minutos los que demoró el móvil de la Policía Bonaerense en llegar al lugar y desatar la bronca, los insultos, los golpes y empujones del oficial Teodoro Tanasijevic. Una menor insultada, humillada y golpeada por un policía y un menor reducido a golpes por la Policía Local, sin necesidad alguna de utilizar la fuerza bruta por sobre dos cuerpos débiles. Fortuitamente, todo quedó grabado, pese a los intentos de impedir que el mal momento quede registrado. Al visibilizarse, las Fuerzas de Seguridad, no tardaron en salir a repudiar el hecho y pedir disculpas por el oficial en cuestión. “Lamentable, es una vergüenza para toda la Policía”, expresó el Comisario General Eduardo Quintela, máxima autoridad policial en Bahía Blanca y la zona.

Asuntos Internos lleva a cargo la investigación de este abuso policial en un hecho que no fue “un operativo de rutina”, como afirman dos medios de esta ciudad. El hecho fue un claro abuso de poder  por parte de una fuerza de seguridad, en un procedimiento en el que sólo correspondía la retención del rodado, esperando que se pague la multa correspondiente. 

No es raro encontrar este tipo de historias en la ciudad de Bahía Blanca, tampoco es difícil escuchar en la calle como la policía hostiga a diario a jóvenes con gorrita, que no tienen nada que ver con la delincuencia.

A los pocos días del suceso, la Superintendencia de Seguridad Interior Sur, le había otorgado el pase a una seccional de Coronel Dorrego pero esto fue suspendido y quedó desafectado de la fuerza mientras Asuntos Internos investiga para decidir su futuro; mientras que los dos oficiales de la Policía Urbana fueron directamente dados de baja de la Fuerza de Seguridad. Las victimas menores de edad hicieron su exposición correspondiente en la comisaria de la zona y seguramente sean llamados a declarar una vez ordenado el caso.

Lamentablemente, la blanca bahía tiene un historial triste y lleno de vergüenza por su apego a las F.F.A.A y al accionar en la dictadura. Amargo sabor queda con estas situaciones represivas hacia el que menos tiene, y Corriendo La Voz estará, en lo posible, en cada una de ellas. Acompañando, informando sin tapujos.

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Nota relacionada: #BahiaBlanca Esa maldita policia – http://corriendolavoz.com.ar/bahiablanca-esa-maldita-policia/

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