#Cromañon Una jornada de lucha

DSC_6892
corriendolavoz
Redes:

corriendolavoz

CorriendoLaVoz at Corriendo La Voz
Revista Digital | Un enfoque alternativo de las noticias de hoy
[email protected]
corriendolavoz
Redes:

Una vez más pasó el 30 de diciembre. Un año más de homenaje y memoria. Un año más de injusticia e impunidad. Un año más que se suma, y ya van once de aquella noche que nadie, jamás, podrá olvidar.

Por Oriana D’Angelo y Gabriela Krause
@oridangelo – @gabukrause

El mes de diciembre se caracteriza siempre por muchas idas y venidas en cuanto a todo; las fiestas movilizan y le alteran el esquema a cualquiera. Pero hace once años, esas idas y venidas, esas alteraciones y esas fiestas tomaron otro rumbo: hace once años 194 personas eran víctimas de una descarada impunidad en un boliche del barrio de Once, mientras escuchaban una banda de rock que estaba en su esplendor.

Cromañón pasó de ser un boliche en el que se sucedían bandas del “under”, a ser un santuario de todas las víctimas que se cobró la tragedia, debido a la nefasta gestión de sus dueños, los gobernantes de turno y todo un aparato burocrático detrás que se encargó de coimear y ser coimeado a fin de llenarse los bolsillos a costa de todo, ya que estos negociados se cobraron 194 vidas.

Esto implicó que el lugar no estuviese habilitado, que no reúna las características necesarias para garantizar la seguridad de quienes acudían, desde los músicos hasta el público; y, lo que terminó por complicar toda la situación fue que las puertas de emergencias estaban cerradas con candado.

Desde hace 4 años, un grupo de sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas conformaron una organización llamada No Nos Cuenten Cromañón (NNCC), nombre adjudicado debido a la desinformación de los medios masivos de comunicación, que contaban sólo una parte de la historia, en la que siempre criminalizaban a la banda, al pibe que prendió la bengala, a los padres que dejaron ir a sus hijos menores, pero nunca a los funcionarios políticos responsables del lugar.

Mientras algunos se movilizaban desde el mediodía hacia el Santuario de Once, con la consigna de una jornada de memoria y resistencia; otros se reunían en el obelisco para homenajear dando vida, y no dejar que ésta se tape por la muerte y la corrupción.

La movida del Santuario

Desde temprano en el santuario se podía ver el armado de una radio abierta; una muestra fotográfica de las luchas sociales en el período 2010-2014; puestos de cooperativistas y difusión de casos y, sobre todo a los sobrevivientes y familiares cargados de dolor y necesidad de resistir, de hacer frente.

Por la radio abierta pasaron Luis Guzman, padre de Lucas Guzman, fallecido en Cromañón; familiares y amigos de Luciano Arruga; la madre de Kiki Lescano; el padre de Florencia China Cuellar, asesinada por el Servicio Penitenciario; Cristian, hombre que estuvo privado de su libertad y contó su experiencia a la hora de “reinsertarse” en la sociedad y las trabas impuestas por el estado en diversas ocasiones; un compañero colombiano que se sumó al pedido de justicia y contó la situación en su país; se leyó una carta del CUD (Centro Universitario de Devoto) en la que los estudiantes privados de libertad llamaban a los sobrevivientes a no decaer, poniendo su lucha como ejemplo para los que ya no encuentran motivos.

También, se leyeron documentos sobre los casos de causas armadas que se llevan a nuestros pobres para tapar baches mucho mayores y documentos para explicar un poco, desde el dolor y la necesidad de comprender, la masacre de Cromañón. Luego, Peke Facundo Dima, sobreviviente de la tragedia tocó con su bandoneón “Plegaria para un niño dormido” y nos conmovió a todos. Él explicó que a cada acorde que toca, siente que el dolor se va y sale de su cuerpo. Otra vez el arte aparece como arma de lucha, como canal por donde sacar lentamente todo el dolor.

Por otra parte, estuvieron Amigos de Luciano Arruga, quiénes aseguraron que estuvieron presentes “porque la lucha es la misma: contra el abandono y la violencia estatal, el encubrimiento policial, los pocos o nulos avances judiciales; la lucha popular porque no acallen las voces”. Estos particulares se dan en todos los casos mencionados y es por eso que, en el ambiente se respiraba un espíritu de unidad y de lucha común.

Finalmente, un grupo de sobrevivientes y familiares leyó los nombres de las víctimas, y cerró Ayelén, un ejemplo de lucha en todos los frentes, con el grito habitual y descarnado: “los pibes de Cromañón presentes. Ahora y siempre”.

De inmediato, la murga “Los estrellados Porteños” llegó, con el color y la alegría del carnaval para sumar su granito y hacer que las penas se vayan por un rato, hicieron que la gente mueva los pies de forma casi involuntaria. La retirada de la murga dio lugar a la marcha a Plaza de Mayo, donde finalizó la jornada.

Las actividades del Obelisco

Por otro lado, en el Obelisco se vivió un aire más de fiesta que de homenaje. Bajo la convocatoria de NNCC, a las 18 hs comenzó a colmarse la plaza, para que alrededor de las 20hs se diera inicio al acto conmemorativo, que se realiza todos los años con la lectura de las 194 víctimas de aquella fatídica noche.

El silencio inundó el obelisco, y el clima era realmente de respeto, homenaje, memoria y tristeza. Se sucedió de inmediato el grito de “los pibes de Cromañón presentes, ahora y siempre”. Luego habló una sobreviviente, que hizo hincapié en que hay futuro y hay vida después de Cromañón, y que ellos son una organización independiente que sólo busca justicia. “A nosotros no nos banca nadie, principalmente porque las convicciones no se pueden comprar”, afirmó, para luego de esto dar pie a una catarata de aplausos.

Nos pusieron al tanto del caso de Tomás, un chico de 15 años que tiene que viajar a China para realizarse un tratamiento con células madres; estuvo la hermana contando el caso y la importancia de ayudar. Desde la organización, informaron que parte de lo recaudado ayer (entre venta de remeras, y donaciones de dinero de todos los presentes) sería destinado a ellos, sumado a las 30 entradas donadas a la familia por la banda Don Osvaldo.

Llegó el turno de la música con Peligrosos Inocentes, Brancaleone, Ases Muertos, La Caverna, encarnando la consigna de la convocatoria de “dar vida”. Mientras que los miembros del SAC (Sindicato Argentino de Cantantes) leyeron una carta en la que mencionaron la importancia de recordar lo que pasó para que no pase de nuevo, generar conciencia y reflexión, y remarcar la ausencia de un Estado, antes, durante y después de la masacre. “Falta mucho por hacer y luchar, nadie más debe morir bajo el manto del rock. No olvidar; siempre resistir”, expresaron.

Se hicieron presentes delegados de NNCC de todo el país, para elucidar la importancia de que haya una voz alternativa a la de los medios hegemónicos que siempre cuentan sólo una cara de la moneda. Todos se unieron con este fin a la organización, para que haya otra voz, para que no los avasallen e impongan sus ideas cuando ellos piensan diferente.

La música siguió, y el clima festivo aumentó con la llegada de La Perra Que Los Parió. Los presentes se pararon, acercándose al escenario a cantar y fotografiar a la banda; mientras uno de los miembros de la organización pedía a uno por uno que se sentaran, que mantuvieran el clima y que recordaran la causa por la que estábamos ahí. Sólo quedaban algunos sentados en el medio de la plazoleta en una sintonía diferente, a los alrededores, adelante y atrás, todos estaban parados.

Llegaron después Eli Suarez y Diego Rodriguez, de Los Gardelitos. Y el escenario era el mismo que antes: miembros de la organización intentando la quietud de la gente, y un público fanático que sólo parecía interesarse por la banda que estaba sonando.

Javier Locura subió al escenario con su pintura que encarnaba a la coima y la corrupción, para taparlo con más pintura que encarne vida, convirtiendo la vida en arte, con el mensaje de no dejar que la corrupción y la muerte nos tapen la vida.

Uno de los sobrevivientes, contó su experiencia de aquella noche: el haber salvado a 4 personas, y una vez en el hospital, querer volver por más. Los llamaron héroes. Muchos fueron salvados por personas que quizás estaban ahí, en el Obelisco, y nunca lo sabrán. Pero lo importante, y lo que cerró el testimonio, fue que hoy, en el brindis de fin de año, “brindemos por todas esas almas que no pudieron ser salvadas, que están hoy lejos físicamente, pero más cerca que nunca, presentes en cada lucha y cada homenaje”, declaró.

 Los músicos presentes cerraron el evento haciendo una versión conjunta de “Creo”, y  todos estallaron en cantos, banderas y saltos, dejando lejanamente atrás, el pedido de los miembros de la organización de que permanezcan sentados y tranquilos.

Porque Cromañón nos pasó a todos, no debemos permitirnos olvidar. Cada 30 de diciembre, más que nunca, debemos recordar esa noche, y así evitaremos que vuelva a ocurrir. Si no luchamos, nuestras voces serán acalladas y es por nuestros pibes, los de ayer y los de hoy, que tenemos que gritar pidiendo justicia, pidiendo nunca más.

Comentarios

Comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *