Argentina marchó contra el gatillo fácil: ¡ni un pibx menos!

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Candela Cafiso

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Del sur del conurbano. Empática por demás. Siempre con las pibas. Melómana. Lo obtenido será de todxs por igual. Periodismo libre o farsa. Un lápiz, mi fusil.
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El cantito es claro: “atención, atención no es un policía es toda la institución”. Las madres, las mujeres, -entre ellas Nora Cortiñas, siempre Norita- gritan al frente de la columna en la tercer Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil. Los pibes asesinados están presentes en los carteles y en las remeras pero sobre todo en la lucha. Las consignas son claras: ¡basta de gatillo fácil! ¡ni un pibe ni una piba menos! ¡ni una bala más! y el principal responsable, que se hace el distraído, también: el Estado. Está presente, también, Santiago Maldonado.

Desde el retorno de la democracia en 1983 hasta noviembre de 2016, se registraron, según datos de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), 4960 asesinatos en manos de la fuerza represiva estatal. En dicho informe, con sólo 10 meses y medio de gestión de gobierno de Cambiemos, éste ya cargaba con 259 muertes, lo que se traduce en pasar de tener una cada 28 horas a una cada 25 horas.

A su vez, CORREPI señala que ser joven y ser pobre es una de las primeras causas para morir en manos del Estado: el 49% tienen entre 15 a 25 años y el 27% de 16 a 35. ¿Datos actuales? dice María del Carmen Verdú -activista antirrepresiva de esta organización-: “todo indica, por los números que tenemos hasta el momento, que ya son más de 250 casos chequeados en este año y que vamos a superar el promedio de uno cada 25 horas”. Mientras la columna llega a Plaza de Mayo para dar inicio a la lectura del documento y voz a los familiares de las víctimas, el canto organizado musicaliza la Avenida: “Yo sabía que a los pibes los mató la policía”. Claro que lo sabían. Si en los barrios viven todo el tiempo las consecuencias de la represión como política de Estado: la constante persecución, los cacheos que no corresponden, el armado de causas, las requisas en medios de transporte, las detenciones arbitrarias, el hostigamiento y las torturas. Y la estigmatización, perpetuada con la ayuda de los grandes medios de comunicación.

En el medio de la concentración, un notero de Animales Sueltos se acerca con micrófono en mano. Un pibe se mete y lo increpa: “¿A qué vienen? ustedes cada vez que hacen un informe sobre nuestros barrios muestran cualquier cosa”. Sucede: en una misma manzana; un señor todos los días mira la televisión, prende la radio, o lee el diario y compra los espejitos que le venden, vomita odio de clase y estigmatización. Otros y otras deciden preguntarse los por qué en vez de creerle a las 5W del periodismo y encontrar la noticia en la calle sabiendo que debajo de cada visera hay un pibe con su historia. Por eso, también, están marchando.

De frente a la Rosada, en la misma plaza donde luchaba hace 41 años, Nora Cortiñas -pequeña y gigante a la vez- abre el acto: “Basta de matar jóvenes que el único pecado que tienen es ser jóvenes, basta de querer bajar la edad de imputabilidad ¡los niños no nacen delincuentes! abrazo a todas las madres, padres y familiares; las Madres estamos con ustedes y acá también están los 30.000 presentes”.

Caen algunas gotas pero no sólo del cielo. Y Mónica Alegre -madre de Luciano Arruga– sostiene: “No derramen ni una lágrima, llorenlos solas. Acá tenemos que estar de frente con la mirada activa. Luchen porque esa es la única manera de hacer justicia. No esperen la justicia porque no la tenemos. Nosotras la hacemos acá, estamos pidiendo y esto a los de arriba les duele. Ellos no me van a ver bajar los brazos. Lo mismo les digo a ustedes, mamás: no bajen los brazos”. Un día Luciano le había dicho que aprenda porque “la vida la iba a pasar por arriba”. Ella está segura y lo afirma con la fuerza que la caracteriza: “hoy la vida no me va a pasar por arriba”. Con organización y lucha, ni a ella ni a ninguno.

Basta de gatillo fácil. Basta de torturas y muertes en lugares de detención, de desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y causas armadas. No a la baja de edad de imputabilidad. No a la Ley de Sepultura 24.660. No al 2×1 a los genocidas. Control popular de las fuerzas de “seguridad”. En resumen, un grito: se va a acabar esa costumbre de matar. Y sino, como a los nazis les va a pasar.

A continuación les compartimos la cobertura fotográfica de la jornada a cargo de Nicolás Avelluto y Dan Solis.

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