#LadoNerd RICK AND MORTY tercera temporada: Cuando sabes que nada importa, el universo es tuyo

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La tercera temporada de Rick and Morty lamentablemente llegó a su fin. Lo decimos así porque los diez capítulos se pasaron volando, y nos dejaron con ganas de mucho más. El salto de calidad de la serie es evidente y nos ilusiona para lo que vendrá. Se dio un paso adelante en el desarrollo de los personajes, y el universo creado por Justin Roiland y Dan Harmon creció exponencialmente a todo lo que había prometido.

Rick and Morty ya se estableció como una de las mejores series de animación para adultos, en el mismo tiempo que otras ficciones apenas hacen pie en la escena televisiva. La mezcla exacta entre ciencia ficción, humor, referencias de la cultura pop, sarcasmo, reflexiones existencialistas, profundidad y pulso con la actualidad hacen que la serie sea irresistible y muy adictiva (el factor de su duración también).

Durante dos temporadas vimos los pormenores cósmicos en la relación de Rick y Morty y no se le dio tanta importancia al resto de la familia Smith ya que tenía un rol secundario y engalanaban las subtramas de los capítulos. Tímidamente empezamos a ver diferentes cabos sueltos que se fueron atando en el transcurso de la tercera temporada, haciendo mucho más rica toda la mitología de la serie. Lo impredecible a lo largo de los capítulos es una constante, y la dinámica que se da en los diálogos y en el guion solo levanta la vara en cada emisión.

El nivel de los capítulos iniciales es tremendo, y la oscuridad, la violencia y el humor negro se potencian capítulo a capítulo. Se siguen haciendo revisiones de gemas de la cultura pop mezclados con la esencia de Rick y morty, y es ahí donde la serie se mete en el bolsillo a los fans. El personaje de  Beth (la hija de Rick) empieza a tomar mayor relevancia y es el ancla sentimental que tiene la serie. Porque a todo lo que ya hablamos de una creciente oscuridad, también le agregamos las relaciones disfuncionales entre todos los integrantes de la familia de Morty. Temas como la soledad, el sexo, la adolescencia turbia, el rol de las mujeres en la sociedad, la masculinidad, los prejuicios y los temas aún tabúes de la sociedad occidental, se tocan con fina ironía. También se toman el tiempo para cuestionar hasta el propio concepto de Rick y Morty y burlarse de su propia ecuación .

En el capítulo Rest and Ricklaxation, el dúo protagonista pasa unos días en un spa intergaláctico, luego de una aventura estresante que casi les quita la vida (una vez más). Utilizan una sesión terapéutica, donde se eliminan las toxinas del cuerpo y uno adquiere paz completa y salud. La carga tóxica de los personajes es tan abrumadora, que ésta adquiere vida propia. Es cuestión de tiempo para que la “Toxina Rick” decida conquistar la tierra llenándola de gente tóxica. Liberado de sus miedos y sus traumas, Morty se vuelve un chico exitoso y ganador. En este capítulo, la relación abuelo-nieto se potencia y da un paso más. Rick se da cuenta que necesita a Morty más allá de cualquier interés egoísta, y Morty, mal que mal, se da cuenta que sus errores también forman parte de él.

La segunda temporada de la serie se enriquece cuando nos muestran una humanización de personajes que viajan por dimensiones y enfrentan amenazas cósmicas. No es solamente un serie de dibujitos pasatista. Rick and morty nos plantea más preguntas que respuestas y nos hace cuestionar absolutamente todo lo que nos rodea, nos saca la venda de los ojos y nos pregunta: ¿Por qué no te estas cuestionando esto? Es una serie que no viene masticada.

La temporada nos sorprende con el giro que da en el capítulo Tales from de Citadel. El trailer había sido un vil engaño, ya que lo que se esperaba como una aventura de la dupla en la Atlántida resultó ser una historia coral de corrupción y política en la ciudadela de los Ricks y Mortys. Los creadores se toman el atrevimiento de engañar al espectador y salen muy bien parados de la situación. Hubo gente que se enojó por esta tomada de pelo pero después se le pasó cuando vieron la calidad del episodio. Una joya de la narración que desarrolla aún más los interrogantes de las infinitas versiones malvadas de los personajes principales. Impecable. También se agradece que Rick and morty NO tiene capítulos de relleno. Un lujo en los tiempos que corren.

Quizás para no repetir y sorprender, en esta temporada no hubo episodio del “Cable interdimensional” (un episodio especial como la casita de los horrores de Los Simpson), pero sí hubo algo muy superior y que le suma a todo el desarrollo de las relaciones interpersonales de los personajes.

En MortyMindBlowers, Rick lleva a su nieto a un cuarto donde tiene almacenados todos los recuerdos que le borró a Morty por algún motivo en especial. Algo se sale de control y Morty empieza a descubrir infinidad de barbaridades que su abuelo le suprimió por miles de motivos, por demás egoístas. Lo que se había insinuado a principio de temporada como una avance amistoso y familiar entre la relación Abuelo – Nieto, parecía que se desmoronaba, pero, en otro giro majestuoso, Rick se reivindica. Todo lo que hace es por un motivo, y el fin justifica siempre los medios.

Promediando la temporada no nos damos cuenta que hay un entretejido argumental que se está construyendo en las sombras. Sabemos que nos pueden engañar y que absolutamente todo lo que estamos viendo tiene alguna trampa. El final de temporada no está a la altura del desarrollo de la serie pero nos deja establecidos personajes más sólidos y con motivaciones más fuertes. A diferencia de la primera temporada, esta vez nos importa cuál será el destino del resto de los personajes. Se estableció una verdadera relación entre el público y los personajes, y la serie se eleva por sobre el resto.

Rick and Morty se da el lujo de cerrar la temporada en un nivel superlativo de nihilismo, incorrección política, dilemas morales y existenciales, que no solo sirven para nutrir lo que viene (no se sabe si la cuarta temporada será en 2018 o 2019). Todo lo que se había insinuado se tira a la basura (o no) y da un reinicio a la serie, pero a la vez todo lo construido (los turbios y cuestionados manejos de Rick) siguen latentes  y serán el caldo de cultivo para lo que viene. Rick and morty se toma el atrevimiento de salir de todos los esquemas de las clásicas series animadas para adultos. No hay nada establecido y todo se puede modificar, las fórmulas se alteran caprichosamente para enriquecer la mitología de la serie y ahí está la gracia de la misma. Los creadores sienten que pueden hacer LO QUE QUIERAN, y eso se agradece mucho. La rebeldía en una ficción es algo para festejar en tiempos donde podemos adivinar la trama de cualquier serie random. Rick and Morty nos avisa que estamos siendo engañados y aún así nosotros no podemos ver los hilos, y está bien que sea así.

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