Laura Palau
Feminista. Fanática de Harry Potter. Amante de los libros, la radio, el cine y las series. Periodista y futura comunicadora.
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Hace 20 años, la idea de una mujer alcanzando el éxito por un libro sobre magos y hechiceras no parecía probable. Sin embargo, una escritora supo enfrentar esos estereotipos, y luego de ver su manuscrito rechazado por doce editoriales, el 26 de junio de 1997, logró publicar el inicio de una gran aventura: Harry Potter y la Piedra Filosofal.
“El señor y la señora Dursley, del número cuatro de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran perfectamente normales y muy agradecidos por ello. Eran las últimas personas que uno esperaría encontrar involucrados en algo extraño y misterioso, porque no aceptaban esas tonterías” Así comienza la historia que conquistó los corazones de millones de niños y niñas a finales de los 90’, y que, actualmente, sigue sumando fanáticos de todas las edades.
Harry Potter masificó al género que hoy todos conocemos como Young-adult, destinado a adolescentes y jóvenes adultos. En una época en la que no existían Los Juegos del Hambre, Crepúsculo ni otras sagas que intentaron conseguir el éxito del niño mago, la historia daba inicio al auge de este fenómeno. Los chicos, chicas y adolescentes dedicaban su tiempo libre a ver televisión, y las novelas parecían ser un asunto de adultos. Pero la magia dio un giro inesperado.
La creadora de este universo fue Joanne Rowling, quien tuvo que utilizar las iniciales, J.K Rowling (La K por Kathleen, su abuela paterna), para la publicación ya que los editores creían que los chicos no leerían un libro escrito por una mujer. En un mercado tan minado de hombres como es el terreno editorial, las escritoras no solían ser recibidas con los brazos abiertos, en especial cuando no escribían literatura romántica o dramática (*). Pero el libro de Rowling no pertenecía a la sección especial “de mujeres para mujeres”, ni trataba sobre grandes amores o dramas. Era un relato fantástico para grandes y chicos, sin importar el género. Para esta industria machista, semejante trabajo se merecía un seudónimo más varonil.
Al final, las palabras se las llevó el viento: Harry Potter no sólo fue uno de los libros más vendidos en la historia, también despertó el interés por la lectura entre los/as jóvenes de la época. Y las ventas no cayeron cuando se supo quién estaba detrás de las iniciales.

Del borrador al éxito
La historia que circula sobre la creación del personaje es que a la escritora se le ocurrió la idea en 1990, mientras viajaba en el tren de Manchester a Londres. Sin embargo, no todo fue magia ni hechizos para nuestra querida autora; a finales de ese año, su madre falleció por esclerosis múltiple, afectando profundamente su trabajo como escritora. Rowling sabía cómo se sentía Harry por la muerte de sus padres, así que transmitió su dolor a través de detalles sobre la pérdida en el primer libro.
Tres años después Joanne se separó, y pasó a ser madre soltera, sin un trabajo estable y con ayuda económica del Estado para vivir. Unos meses más adelante, inició un proceso judicial contra su ex pareja, y en ese período, sufrió una depresión clínica que casi la lleva al suicidio. Esta enfermedad le dio la idea de unas criaturas sin alma, los Dementores.
Sin embargo, la creadora de Harry Potter supo atravesar estos problemas a través de la escritura. Según sus anécdotas, iba a los cafés a escribir para que su hija pudiera dormir mientras ella trabajaba. A pesar de sus conflictos económicos y familiares, logró terminar la primera novela en una máquina de escribir en 1995.
Pero las preocupaciones continuaron. La joven estuvo casi dos años buscando una casa editorial. Como mencionábamos antes, que una mujer divorciada escribiera literatura fantástica, no era sinónimo de ganancias. Fue, finalmente, el director de Bloomsbury Publishing quien aceptó el proyecto ya que su hija había leído el primer capítulo y estaba fascinada con el relato.
Luego de diez años de La Piedra Filosofal, Rowling le dio un cierre a la saga de siete libros con Las reliquias de la Muerte, publicada en julio del 2007, mientras los cines recién estrenaban la quinta película. Los seguidores de la historia esperaban con ansias ese final, sobre todo por los rumores que circulaban sobre la muerte de su personaje favorito. La duda que circulaba entre los fans: ¿Harry Potter finalmente moría o no?
Por su parte, el éxito de los libros se vio reflejado, también, en la industria cinematográfica. En el 2000, Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint fueron los niños elegidos para interpretar al trío de oro, decisión que obtuvo buenos resultados. Los pequeños actores supieron transmitir la inocencia y valentía de unos chicos de 11 años que mientras aprendían sobre el uso de la magia, comenzaban a conocer el lado oscuro de ese mundo.
Personaje y actriz, unidas por la igualdad
Uno de los personajes que sumó más seguidores (tanto por los libros como por las películas) fue Hermione Granger, la sabelotodo del colegio, que siempre tuvo un lugar importante en el relato y nunca quedó reducida a un simple interés amoroso de alguien más. Muchas niñas y adolescentes se sintieron identificadas por esta joven que salvó a sus amigos en más de una oportunidad, y que, cuando tuvo que elegir entre acompañar al chico que amaba y continuar con la batalla por un bien común, no dudó en optar por lo segundo.

Su intérprete, Emma Watson se comprometió con el feminismo. No solo fue nombrada Embajadora de la Buena Voluntad de la ONU Mujeres, también se convirtió en la voz del movimiento HeForShe. El objetivo de la campaña, creada por la ONU en 2014, es involucrar a los hombres y niños para lograr la igualdad de género y reivindicación de los derechos de las mujeres, animándolos a tomar medidas contra las desigualdades a nivel mundial.
En más de una oportunidad, la actriz dio discursos para defender estas ideas y explicar de qué se trata el feminismo y por qué ella eligió ese camino. El mensaje que busca transmitir es no definir al movimiento como “el odio hacia los hombres”, debido a que la igualdad de género no es sólo un asunto de mujeres sino una cuestión de derechos de todos y todas. No podíamos esperar menos de quien interpretó y se formó personal y actoralmente bajo la figura de Hermione Granger.
El éxito no tiene fin
Año tras años, los fanáticos de Harry Potter se mantuvieron fieles a la historia a tal punto que, actualmente, la mayoría de su público está formado por jóvenes adultos. Muchos se sumergieron en el mundo mágico cuando eran chicos, y crecieron junto a todos los personajes y/o actores.
Si bien pasaron 20 años del inicio de la saga, el universo continúa con éxito: cuenta con nueve películas (más cuatro en proyecto para los próximos años), once libros de diferentes ediciones y traducciones, una página web oficial, dos parques temáticos, y cientos de eventos que se realizan en todas partes del mundo, como la gira internacional de Harry Potter En Concierto, y el encuentro local, Magic Meeting, en la Ciudad de Buenos Aires. A esto se le suma la producción de merchandising, desde tazas hasta remeras y bufandas, que no deja de dar ganancias.

A su vez, entre los seguidores se popularizó un vocabulario en común que cuenta con palabras como muggles y frases reconocidas como “debería ordenar sus prioridades” o “es Leviosa, no Leviosá”. Además, cada uno sabe a qué casa pertenece, Slytherin, Gryffindor, Ravenclaw o Hufflepuff, y la competencia en Hogwarts se traslada a la realidad, pero sin escobas voladoras de por medio. Por su parte, las redes sociales sirvieron para potenciar este fenómeno, y se convirtieron en el lugar de encuentro de todos los fanáticos del mundo.
Lo que comenzó como un borrador en el tren, se convirtió en uno de los símbolos del género fantástico y juvenil, y mucho le debemos a Rowling por marcar la diferencia. Esta mujer no sólo es un ejemplo de perseverancia y dedicación, también representa la ruptura de un estereotipo. Muchos obstáculos se presentaron en su camino, problemas de salud, económicos y familiares, y un machismo que circulaba en la industria editorial. Sin embargo, nada impidió que cumpliera su sueño, y logró demostrar que una mujer fuerte y decidida también puede obtener éxito. ¡Muchos puntos para J.K Rowling!
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