Diego Scarpati
Autor y Guionista Freelance.
Cuervo. Fan del cine, el teatro, la cerveza artesanal, la coctelería y Batman.
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The dark knight (El caballero de la noche para Latinoamérica o El caballero oscuro para España) no sólo fue la segunda parte de lo que resultó ser la justa trilogía que un personaje como Batman merecía, sino también la película que aún se considera una de las fundamentales de su género. Obra que contó además con la mejor interpretación cinematográfica del Joker junto a escenas y diálogos inolvidables. Menuda fecha nos hizo cuestionar los varios motivos por los que amamos este film, tal vez tanto o más que a su director, el bueno de Christopher Nolan. Repasamos los fundamentos en esta nota.
Parece que hubiera sido ayer, de verdad. Corría julio de 2008 y llegaba a los cines la secuela de Batman Begins (Batman inicia – 2005). Fuimos al cine con mucha expectativa, con la vara bien alta, algo que es pura responsabilidad del señor Nolan, quien nos mal acostumbró a realizar dicha actividad cuando salían a la luz sus filmes. Además le devolvió la dignidad cinematográfica a Batman luego de las dos bochornosas pelis de Joel Schumacher que llevaron a la saga del hombre murciélago a un descanso de más de un lustro.

Cómo en todo estreno, a The dark knight no le faltaron polémicas en la previa. Los fans de la peli anterior -justamente, tan malacostumbrados- no tardaron en criticar lo que consideraron una mala elección de Heath Ledger para un papel tan importante en la saga como el del Guasón. Hablando de varas altas, tengamos en cuenta que hasta el momento nuestra imagen mental del Joker era la de Jack Nicholson en Batman, de Tim Burton (1989). Finalmente la otra polémica tuvo como protagonista a Maggie Gyllenhaal, quien ingresaba a la franquicia reemplazando a Katie Holmes nada menos que en el papel de Rachel Dowes, vieja amiga, confidente e “interés romántico” de Bruce Wayne y único personaje protagónico femenino de la película (uno de los puntos flojos).
Estas cuestiones quedaron en el olvido luego de las primeras funciones de prensa y posteriormente en el estreno general. El caballero de la noche, tal vez sin estar en los planes, sin pretenderlo, se convirtió en una bisagra para los filmes de este sub género que podemos denominar como “de superhéroes” y películas “basadas en comics”. La razón por la cual esta secuela se convirtió en la mejor o una de las mejores de esta categoría se debe a que desde el principio el director nunca la trató como tal. Dejando de lado el lógico pero cuestionable argumento de que Batman tal vez no califique como “Superhéroe” porque no tiene súper poderes, el film se asemeja más a un drama épico, por momentos emulando un thriller, en un contexto en donde la lucha entre el bien y el mal deambula todo el tiempo por un camino repleto de grises. La impronta de esta saga siempre apuntó a un tono más oscuro y realista, tomando como base la humanidad y el realismo; dejando de lado lo fantasioso para reemplazarlo por elementos factibles.
Desde la primera secuencia del robo al banco de la mafia hasta ese épico final con una cámara subjetiva que nos muestra a un héroe exhausto alejándose en su moto, la cinta nos hace pasear por una vertiginosa montaña rusa, de esas que nos va dejando para el final la curva más peligrosa o la pendiente más empinada. Los antagonismos, los arcos narrativos de los personajes, las sub tramas, las buenas interpretaciones y los drásticos e inesperados giros de la trama mezclados con los recursos audiovisuales nos dieron como resultado una gran fuente de entretenimiento –y por qué no reflexión- además de un noble producto del cine de acción y hasta de detectives. Sólo pasaron diez años y si continúa tan vigente no es justamente por nada.
Por qué la seguimos amando
Nolan tras la cámara

En 2002 Christopher Nolan había dirigido a Al Pacino junto a Hilary Swank en Noches Blancas (Insomnia) donde Robin Williams se dio el lujo de personificar al villano; un film que, por cierto, pasó algo desapercibido. No fue el caso de Memento (2000) donde esta vez también se hace cargo del guion –basado en un cuento corto de su hermano Jonathan- logrando llevar a la pantalla grande un excelente relato que puede encasillarse dentro del género Neo Noir.
Con estos antecedentes, en 2003 el realizador británico fue contratado por la gente de Warner Bros para dirigir una película sobre el héroe de Gotham City, donde también coescribió el guion junto a su hermano y pergeñó la historia junto al guionista David S. Goyer (Trilogía Blade; Man of Steel entre otras). Así en 2005 Batman Inicia nos da la hermosa oportunidad de borrar de nuestras retinas aquellas escalofriantes imágenes de Batman y Robin (1997), incluyendo al bueno de Arnold Schwarzenegger siendo un Mr. Freeze más payasesco que villano, a George Clooney luciendo su “Bati tarjeta de crédito”, unos Robin y Batgirl totalmente desaprovechados y nada menos que los históricos e innecesarios primeros planos a los glúteos del encapotado, quien lucía un traje que incluían pezones de plástico.
El elenco
Desde Batman Inicia, la idea de Nolan fue dotar al film de un elenco secundario con pesos pesados; una idea que toma de la clásica Superman, de Richard Donner (1979). Así, Christian Bale (Batman / Bruce Wayne) está rodeado (en la trilogía) por figuras como Michael Caine (Alfred), Gary Oldman (James Gordon) o Morgan Freeman (Lucius Fox) (1). Puntualmente en esta segunda parte se incorpora Aaron Eckhart dándole vida al procurador general Harvey Dent y Maggie Gyllenhaal en el rol de Rachel Dowes.

También hay varias caras familiares ocupando papeles secundarios, elemento que nos da más empatía gracias a cierto efecto nostálgico: Cillian Murphy en su rol de El Espantapájaros (el único de los personajes de reparto que aparece en toda la trilogía; Eric Roberts (el jefe de la mafia Sal Maroni), hermano de Julia Roberts; Néstor Carbonell (el alcalde), nada menos que el enigmático Richard Alpert de Lost; Anthony Michael Hall (el reportero de la cadena GNN), estrella juvenil de los ochentas que participó, por ejemplo, en la recordada El club de los cinco, de John Hughes (The Breakfast Club, 1985) o William Fichtner (el gerente del banco), actor de vasta trayectoria.
Los villanos
The dark knight comienza atando un cabo suelto de su película anterior, así Batman logra apresar al Espantapájaros, alter ego del Doctor Crane. De alguna manera, la locura que exhibe durante su pequeña aparición es un indicio de la colosal demencia que pregonará el resto de los antagonistas. La misma sostenida y muy bien aprovechada por el Joker y también presente en la etapa final del arco del personaje de Harvey Dent, que luego del atentado se hace llamar Harvey Dos Caras. Es de destacar el peso importante que tienen aquellos miembros de la mafia que no necesariamente se visten o actúan de manera estrafalaria como los enemigos más conocidos del murciélago.

La trama, los temas
Con un guion sólido (con muy pocos elementos criticables) se construyó una historia realista que le pudo dar un marco de acción muy natural al Joker, una mente criminal brillante que aparece como una solución desesperada de los miembros de la mafia para sacarse de encima la amenaza que representa Batman.
El film puede plantear como tema principal la locura en la que estamos inmersos como sociedad (claramente el Guasón no es el único de los “locos”, hay un desfile de ellos, incluyendo en mayor o menor medida a Bruce Wayne y su alter ego) y los límites que estamos dispuestos a pasar. El Joker justamente pone a prueba a todo el mundo: a los mafiosos que lo contrataron, a los ciudadanos de Gotham, a Gordon y sus policías, al mismísimo Batman y principalmente al fiscal de distrito Harvey Dent, a quien usa de conejillo de Indias para su experimento social, el cual termina siendo un éxito.

Se nos muestra también casi como cotidianos los hechos de no solo romper con las reglas y los límites sino también el de ejercer justicia por mano propia o tomar riendas en el asunto sin contemplar a la autoridad. Una constante del film, ya desde el arranque con la aparición de estos emuladores de Batman actuando por su cuenta hasta el final con esta especie de pacto de silencio entre Gordon y el enmascarado. La justicia por mano propia tiene su punto más alto cuando los civiles tratan de matar al abogado que está dispuesto a revelar la identidad de Batman (hecho que se desata, justamente, cuando este sujeto quiere resolver por su cuenta la problemática que atraviesa la ciudad) o peor aún, cuando los pasajeros de ambos barcos discuten por su propia supervivencia. El mismo comisionado Gordon cae también en este mecanismo, no sólo fingiendo su muerte ante su familia (que sería aquí la menor de las cuestiones) sino entregándole el preso más importante que tiene –el mismísimo Joker- a un Batman que se convierte en ese momento en algo así como un torturador, presentándonos una vez más esta cuestión moral de cuál debe ser el límite entre la vigilancia y nuestras libertades y derechos.
Batman no queda afuera de esta lógica de romper reglas y límites. Los dos más notorios que aún no mencionamos: primero el límite de su ciudad cuando la trama lo lleva a capturar al mafioso oculto en China; y finalmente esta cuestión ética que le refriega por la cara su empleado Lucius Fox, al señalarle lo peligroso que es convertirse en vigilante de millones de habitantes al rastrearlos con sus smartphones. Fox olvida que desde su rol de CEO de Industrias Wayne también ha traspasado límites en varias oportunidades. Finalmente, respecto a la justicia por mano propia, Batman no deja de ser un forajido, alguien fuera de la ley. En realidad, teniendo en cuenta el origen del personaje y su motivación, podemos concluir que Batman es, justamente, en sí mismo una representación de la justicia por mano propia. Un concepto que se ve reforzado cuando se muestra la corrupción, la inoperancia, la inseguridad y la decadencia de Gotham. Y Harvey “Dos Caras” es otra víctima de la locura del Guasón, que termina tratando de resolver las cosas por fuera del sistema.
Heath Ledger
Dejamos para el final de este racconto, y apartado del resto del elenco y villanos a este sujeto. ¿Qué más se puede agregar sobre lo que se convirtió en una interpretación magistral? Ledger supo transmitir desde su primera aparición delante de la cámara la demencia detrás de una gran mente criminal. Supo captar la esencia de esta versión del personaje que imaginaron los autores, un psicópata terrorista totalmente descontrolado más cercano a la anarquía que a los códigos del gangster.

A esta altura es sólo anecdótico recordar que ganó un Oscar póstumo por interpretar este papel, o que se basó para construir su personaje en el Alex DeLarge que compuso Malcolm McDowell para la versión cinematográfica de La naranja mecánica, de Stanley Kubrick (A Clockwork Orange – 1971). O tan redundante como mencionar, por enésima vez, que improvisó en un par de escenas memorables, se encargó de dirigir los perturbadores videos del Joker con sus víctimas o diseñó su estética con el maquillaje.

Para finalizar, no podemos dejar de señalar, como anticipamos al principio de la nota, el que sea tal vez uno de los pocos puntos en contra que tiene el film y en general la trilogía (aunque en la última entrega se note menos), y hacemos referencia a la muy baja presencia de roles protagónicos femeninos. De hecho en The dark knight, la única mujer parte del elenco protagónico es Maggie Gyllenhaal (Rachel Dowes). Luego hay sólo participaciones secundarias como Bárbara Gordon, la oficial Ramírez, la jueza Surillo o la mujer que tiene unas líneas de diálogo al final en uno de los ferrys. Lejos está entonces el film de pasar el conocido test de Bechdel (2).
Luego de diez años, hoy tenemos a esta trilogía de Nolan como referente de cine de “súper héroes” junto con la sublime Watchmen, de Zack Snyder (2009), lo que de alguna manera nos demuestra que “Cantidad no siempre es sinónimo de calidad” si tomamos la totalidad de los filmes del famoso UCM de Marvel.
Claro está que el universo que está construyendo actualmente DC no va por buen camino. El tono serio de The Dark Knight llevó a Warner Bros a confundir el realismo y dramatismo con otros conceptos un tanto alejados como ser la monotonía y oscuridad con aburrimiento, muy propias de sus nuevas producciones como Batman v Superman: Dawn of Justice o Justice League (zafan de esta lista Man of Steel y Wonder Woman).
Diez años después seguimos recordando como si fuera ayer las palabras del inefable comisionado Gordon cuando trata de explicarle a su hijo por qué deben atrapar a Batman: “Porque es el héroe que Gotham se merece, pero no el que necesita ahora. Así que lo perseguiremos hasta el fin de los días, porque él puede resistirlo. Porque no es un héroe. Es un guardián silencioso, un protector vigilante. Un caballero de la noche”.
(1) ACLARACIÓN EDITORIAL: Es importante remarcar que Christian Bale, Morgan Freeman y Gary Oldman forman parte de la lista creciente de actores denunciados por violencia de género. Bale estuvo detenido por denuncias de agresiones hacia su madre y su hermana los días previos al estreno de The Dark Knight; Freeman fue acusado por comportamiento indebido y acoso sexual por ocho mujeres; y Oldman fue denunciado por violencia doméstica por su ex esposa Donya Fiorentino. Si bien mencionamos el aporte de estos actores al film en cuestión, no separamos al artista de la obra, por lo cual, repudiamos cualquier acto de violencia contra la mujer, sin importar el “renombre” del agresor.
(2) Test de Bechdel
Método para evaluar si un guion de película, serie, cómic u otra representación artística cumple con los estándares mínimos para evitar la brecha de género.
* Aparecen al menos dos personajes femeninos (Una variante exige que, además, las dos mujeres sean personajes con nombre)
* Estos personajes hablan una a la otra en algún momento.
* Esta conversación trata de algo distinto a un hombre (no limitado a relaciones románticas, por ejemplo dos hermanas hablando de su padre no supera el test).