Festival día I

Hubo un tiempo que fue hermoso, ese en que a medida que te acercabas a un estadio con tus amigos, lo que prevalecía era la vibración interna del rebote de los parlantes en el cuore y que no importara nada más que llegar y recolectar momentos en ese ritual único en el que sólo importa el público y los que saben musicalizarnos la vida desde arriba de un escenario. 

Por Sabrina Campos
para @CorriendoLaVoz_


Algo de eso fue lo que pudimos recuperar todos los que pisamos el Malvinas entre el viernes 7 y el domingo 9 de diciembre, en el marco del Festival Rock & Reggae. Alcanzar ese éxtasis que sólo la música sabe darnos, sin tener que traspasar previamente, decenas de puestos, carteles y decorados de celulares varios, cervezas o gaseosas. Con esa premisa, arrancamos.

Ese dia se presentaron bandas como “La Condena de Cain”, “Sordos” y los chicos de “Pampa Yakuza” que hace algunas semanas celebraron sus primeros 10 años con un gran show en Groove.

Si estamos juntos, que importa el mundo? Empezó pregonando Salta La Banca, a la par que Santiago daba la bienvenida al show con un concreto pero llenísimo de sentido “Vamos las bandas que dicen cosas”. Hubo lugar para recordar la muerte de Luciano Arruga, con Yo, especialmente dirigida a “los programas panfletarios y medios de comunicación”, para no borrar de la memoria que “hay un chico desaparecido y nadie tiene noticias”.

La potencia de la voz de Aysine se hizo sentir en cada rincón del estadio mientras sonaban los acordes de Debo Partirme en dos, fortísima versión del tema original del Silvio Rodríguez, seguidos por Mea Culpa y Duelen las Manos, además de Vosotros, adelanto de su próximo trabajo de estudio Copla.

Los reflejos del sol abandonan por fin el estadio y la oscuridad empieza a llenar el estado junto con las banderas y cientos de espectadores que después de disfrutar de Salta la Banca, se preparaban para que Cielo Razzo irrumpiera el escenario.
Fue casi una hora de show en el que la gente acompañó agitando sin parar al ritmo de canciones como Quizá si, Chapa y Bandera entre otras. La atmosfera seguía creciendo y nada tenía que ver el calor de la ciudad, era sólo lo que se vivía adentro del estadio lo que calentaba los motores para todo lo que quedaba por escuchar.

El Bordo salió a escena entre un sinfín de banderas y papelitos volando que terminaron de sentenciar que se trataba de una gran fiesta del rock, como las que hacía mucho tiempo no experimentábamos.

Donde Vagan Los Sueños, Silbando una Ilusión, Soñando Despierto, El Regreso y Cansado de Ser
–especialmente dedicada por Kurz a su mamá- fueron algunos de los temas que El Bordo hizo estallar antes de anunciar que ése sería su último show por este 2012.

Las horas pasaban y entrada la noche del viernes, las cientos de personas que dejaron todo en la cancha, y que seguían pidiendo más.

Rozando las 23hs Facundo Soto y la formación de Guasones, pisaron fuerte las tablas del poli para darle el broche final a la primera fecha del Festival mientras la fiesta entre la gente alcanzaba todo su esplendor.
“Es un placer compartir este escenario con todos los músicos que estuvieron tocando”, abrió Soto, y sentenció “Vamos a tocar sólo rock and roll”. Amen.

Empezaron a sonar los compases de Soledad y las cientos de voces coincidieron en un mismo verso “te pone la risa de placer, anda y prueba y me dices como te va”,  ya no importaba cuál era el verdadero sentido de esas líneas, en ese momento, representaban la mejor forma de describir lo que se generó banda a banda, desde el comienzo de la tarde.
Como un Lobo, No Soy Yo, Flores Negras, Me Muero y más fueron de la partida de una lista que no dio respiro; cargada de una energía enorme que se retroalimentaba de arriba abajo del escenario.
Cabe hacer una mención especial para la maravillosa voz de Micaela Grazella que la rompió con cada una de sus participaciones dejando en claro que es poseedora de una voz increíble.

Reyes de la Noche detonó sin más, para luego darle paso a los temas que cerrarían la velada: Gracias, y finalmente Dame, bajaron el telón de las mas de 6 horas de puro rock que supimos saborear.

Emprendimos la vuelta, satisfechos, pero con ganas de mucho mas. Claro, todavía nos quedaban dos días de festín.


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