#SomosTelam Con un recorte así “no hay manera que funcione la Agencia”

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Blas Martin

Blas Martin

Redactor at Corriendo La Voz
Bahiense, daltónico y tesista: tres dolencias crónicas. Docente y comunicador.
Blas Martin

El Presidente Mauricio Macri, en conferencia de prensa, justificó los despidos en Télam. Señaló que forman parte del plan de “modernización” del Estado y retomó el argumento de la superpoblación de trabajadores y trabajadoras, lanzado desde el primer momento por las autoridades de la agencia. Corriendo la Voz se acercó a la permanencia pacífica de trabajadores y trabajadoras de la agencia en las oficinas de Télam para conocer las historias detrás de los números y los anuncios grandilocuentes de la gestión de Cambiemos.

Es verdad de perogrullo que los coletazos del 2001 se extendieron en el tiempo y en diversas ramas de la economía y la sociedad argentinas. En 2002, el Hospital Francés buscó una salida de la crisis firmando un acuerdo de cooperación con la Obra Social del Banco Provincia, reabsorbiendo sus afiliados, que casi se triplicaron. Lejos de ser una solución, la crisis de la institución recrudeció y generó un fuerte conflicto debido al retraso de pago de salarios, lo que devino en la quiebra y la expropiación del hospicio por parte del Estado nacional, que lo ubicó en 2008 bajo la órbita del PAMI. Algunas trabajadores y trabajadores que no pudieron ser reabsorbidos por el PAMI, fueron reubicados en otras oficinas del Estado. Así fue como Marina llegó a Télam.

En su momento quienes se encontraban en la vereda opuesta a los y las trabajadoras eran Graciela Ocaña (interventora del PAMI por el Estado nacional, hoy diputada por el interbloque Cambiemos e investigada por el escándalo de los aportantes truchos) y la senadora Cristina Fernández de Kirchner (en su mandato anterior como legisladora, a cargo del proyecto de expropiación). Ahora, quien denuncia -con argumentos similares- que sobran trabajadores y que estos han abusado sistemáticamente de los conflictos sindicales en contra de una supuesta tendencia a la profesionalización de la agencia, es Hernán Lombardi, titular del Sistema federal de Contenidos y Medios Públicos, y los directores que puso en la Agencia: Rodolfo Pousá, Ricardo Cárpena y Pablo Ciarliero.


Marina
trabaja desde 2014 en el área audiovisual, una de las que nacieron en los últimos años y que implicó una expansión cualitativa y cuantitativa de la agencia. Del conflicto del Hospital Francés desembarcó en Télam como administrativa de la gerencia de sistemas, luego pasó al área técnica que dependía del departamento de comunicaciones para llegar por último al área técnica del sector audiovisual. “Todo lo que está pasando me recuerda al conflicto del Hospital Francés”, señala Marina, que prefirió no dar su apellido. Un día, al llegar a la agencia, oyó de una compañera que habían echado a dos personas por medio de telegramas. Minutos después, corroboró con su esposo que el suyo había llegado a su domicilio: “En ningún momento a mi me han dicho ‘no servís para este trabajo’, no he tenido ningún llamado de atención, o sea que es como que no se entiende mucho. No hay ninguna explicación”.

– ¿Cómo repercute personalmente en vos este despido?

– Y… Es complicado, te saca el apoyo de una cierta seguridad donde vos decís: puedo mantenerme, puedo proyectar, tener la cobertura social, o darle la mejor educación que pueda a mi hija. Te desequilibra absolutamente todo el proyecto de vida. Leímos el comunicado que dio la empresa y realmente fue tremendo, porque nos están diciendo que no estamos capacitados, que no somos profesionales. Yo tengo un título universitario, cursé una maestría -que todavía tengo que escribir la tesis-, y por otro lado la empresa misma a mí me capacitó, me permitió crecer mucho desde lo profesional. Y todo eso… es como si nada tuviera sentido. Estoy en un proceso de duelo.

– Conociendo el trabajo de la Agencia, ¿cómo pensás que puede funcionar la agencia con una reducción del 40% del personal?

– No hay manera de que funcione. En todo lo que es el área periodística es impresionante el recorte que han hecho, y en la parte técnica tampoco, no hay manera de cubrir ni los horarios. La gente que quedó tendría que estar viviendo acá todo el día para poder cubrir el trabajo que se estaba haciendo.


La sensación de incomprensión se mezcla con el pesar de la tristeza. Lo humano queda afuera de las planillas de cálculos: no hay rostro en los números. Marina sabe de conflictos y entiende que esto puede extenderse un buen tiempo más. Pese al panorama, el acompañamiento de sus compañeros y compañeras que mantienen la permanencia en los edificios de Télam implica un apoyo que incluye también a quienes no fueron despedidos. Vale señalar que las autoridades de la agencia instaron a que los trabajadores que fueron notificados por la continuidad puedan ausentarse de su lugar de trabajo: una suerte de licencia de carnereo con goce de sueldo.

– ¿Como viene esta permanencia pacífica en las oficinas de Télam?

– A mí me maravilla la tranquilidad y la red de contención que hay entre todos la gente que está despedida, e incluso la gente que se queda, porque también lo sufre. Hay una cuestión de incertidumbre en la persona que recibió el mail de “bienvenida”: no tenés una visión de qué es en realidad lo que quiere esta gente, cuál es su proyecto para la empresa. De algún modo yo me acuerdo que cuando ellos asumieron, pasaron acá por el piso, se presentaron los directivos [Rodolfo] Pousá, [Ricardo] Cárpena, en ese momento estaba el gerente de periodismo que después se fue, estaba Magdalena Cash [sub gerenta de Nuevas Tecnologías, cargo creado por la actual gestión]. Vinieron, se presentaron y dijeron “bueno, vamos a seguir funcionando, el proyecto es seguir creciendo”, y demás. Y todo eso es totalmente opuesto a lo que está pasando en este momento.

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