#SemanaTragica de la huelga a la masacre
VERANO SANGRIENTO. DE LA HUELGA A LA MASACRE - La semana trágica de Buenos Aires, enero de 1919. Primera entrega de éste especial del mes en el que abordaremos este suceso desde varios aspectos, sin ignorar el contexto
Por Facundo Garcia Tarsia
Palabras preliminares.
Fue muy efectiva. No hay dudas. La política de invisibilización de la historia del movimiento obrero revolucionario en Argentina, principalmente la de aquel que tenía una orientación anarquista, cosechó excelentes resultados.
Prueba de esto, es el desconocimiento generalizado que se percibe en la actualidad, sobre un tema tan importante como lo fue la denominada “semana trágica”. Ocurrida en el mes de enero del año 1919, durante largos años ha sido un tema que agitó los ánimos de los sectores de trabajadores más combativos. La ferocidad de la represión ejercida por el Estado, sumado a la convicción de esos obreros decididos a pelear por lo que les correspondía, hicieron de ese acontecimiento, un hito en la historia del movimiento obrero rebelde.
Asimismo, durante aquel enero, la clase pudiente de Buenos Aires formó sus primeras guardias blancas. Los hijos de la burguesía porteña, se organizaron para reprimir a todo lo que oliera a “ruso”. En la volteada cayeron anarquistas, judíos y personas con “apellidos sospechosos”.
Por su parte, el mapa sindical era complejo. Conocer este punto es de vital importancia para poder comprender el desarrollo del conflicto. Por tal motivo, el presente trabajo comenzará explicando brevemente la situación sindical de la época.
Inmigración y conformación del movimiento obrero local.
Desde la segunda mitad del siglo XIX, comienzan con fuerza a llegar oleadas inmigratorias al territorio argentino, profundizándose a partir de la década del 80´. El origen de esta inmigración era principalmente latino, destacándose la llegada en masa de italianos y españoles.
Las consecuencias políticas, económicas y sociales de la inmigración masiva, fueron de una relevancia tal, que cambiarían para siempre la realidad regional. Los inmigrantes traían su fuerza de trabajo al país, pero también sus ideales. El historiador y militante anarquista Diego Abad de Santillán, lo describe de la siguiente manera: “estos trabajadores tuvieron en su mayoría un influjo poderoso, tanto en lo económico como en lo social; además del brazo traían el cerebro y la ideas que no podían detener las aduanas y que tanto alterarían la geografía regional”.(1)
Es en este contexto social que comienzan a conformarse las primeras organizaciones de trabajadores. La primera data del año 1857 y es la sociedad tipográfica bonaerense. Esta sociedad obrera, lleva a cabo la primera huelga organizada en Argentina, en 1878; huelga que provocará la indignación de hombres de la talla de Domingo Faustino Sarmiento. (2)
En las décadas siguientes, se crearon decenas de sociedades obreras. Los trabajadores de los más diversos oficios se organizaban para conquistar mejoras económicas e imponer condiciones de trabajo menos agobiantes. Desde los Panaderos, hasta los zapateros, pasando por los obreros pintores, marmoleros, picapedreros, talabarteros, mecánicos y hojalateros; todos tenían su organización gremial.
Este crecimiento sostenido de las sociedades de resistencia pronto instaló el debate sobre la necesidad de formar una organización, en la cual los diferentes gremios coordinen sus fuerzas y se brinden su mutua solidaridad. De este modo y luego de algunos intentos frustrados, se forma la Federación Obrera Argentina (F.O.A), en el año 1901.
En la F.O.A coexistían dos tendencias ideológicas, los anarquistas y los socialistas. Estos últimos eran minoría en la Federación y al año siguiente de su fundación, abandonan la F.O.A y fundan su propia organización: la Unión General de Trabajadores (U.G.T). El historiador Horacio Ricardo Silva estudia la conformación de la Federación Obrera Argentina y nos explica “…Los socialistas quedaron disconformes. Hallándose en minoría, les era imposible marcar la orientación de la flamante entidad obrera en función de sus tácticas moderadas; por tal motivo, en 1902 los gremios socialistas decidieron retirarse de la F.O.A para fundar la Unión General de Trabajadores”.(3)
Los años siguientes marcaron una disparidad en el crecimiento de las organizaciones. La F.O.A de orientación anarquista creció de una manera formidable, mientras que la U.G.T comandada por los socialistas, se mantenía como minoría en el movimiento obrero.
En el cuarto congreso, los afiliados a la F.O.A deciden cambiarle el nombre a la Federación. Se le agrega la palabra Regional, quedando el nombre como Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A) (4) . Esas cuatro letras han dejado una marca indeleble en la historia del movimiento obrero mundial. La F.O.R.A fue la organización de trabajadores más combativa y revolucionaria que ha tenido la región Argentina.
Un año después, en su quinto congreso, los afiliados de la F.O.R.A deciden otorgarle una finalidad social a la organización, por lo cual se decide aprobar una declaración que será histórica:
“El quinto Congreso Obrero Regional Argentino, consecuente con los principios filosóficos que han dado razón de ser a la organización de la federaciones obreras, declara:
Que aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más amplia, en el sentido de inculcar en los obreros los principios económicos y filosóficos del comunismo anárquico.
Esta educación, impidiendo que se detengan en la conquista de las ocho horas, les llevará a su completa emancipación y por consiguiente a la evolución social que se persigue”. (5)
Paralelamente, hacía su aparición en la escena internacional una nueva corriente en el movimiento obrero, denominada “sindicalismo revolucionario”. Esta defendía que el sindicato era la única institución netamente obrera, por lo cual éste era la herramienta para llevar adelante la revolución. En la década siguiente, esta corriente tendrá un papel preponderante en el movimiento obrero argentino.
En la U.G.T, empezó a tomar fuerza la tendencia sindicalista revolucionaria y los socialistas iban perdiendo paulatinamente influencia en la organización. Esta central, que seguía siendo minoría en el movimiento obrero, propiciaba la unidad de las dos grandes organizaciones obreras (6). En cambio, la F.O.R.A era rehacía y mantenía sus diferencias con los socialistas y sindicalistas.
El trabajo de acercamiento de las organizaciones, promovido por la U.G.T no era muy efectivo, pero algunos sucesos le dieron un empujón a esta tentativa de fusión. El primero de importancia fue la gran huelga general de 1907, en solidaridad con el proletariado rosarino. Esta huelga general fue muy potente, según Abad de Santillán, solo en la Capital tuvo la adhesión de 80.000 trabajadores (7). Además, en dicha huelga participaron ambas organizaciones y se observó un grado de colaboración alto. Tanto es así, que la F.O.R.A y la U.G.T sacaron una circular conjunta, en donde se explicaban los motivos del paro (8). Finalmente, la huelga duró del 25 de enero hasta el 27 de enero, terminando con un triunfo rotundo para los obreros.
El segundo hecho fueron los sucesos de 1909. El primero de mayo de ese año, se realizan los actos pertinentes. Los anarquistas se reúnen en la hoy plaza Congreso, y la concentración llega a unas 30.000 personas#. De una forma imprevista, la policía arremete contra la multitud, en la que había ancianos y niños, y a fuerza de bala deja un saldo de once obreros muertos y más de cien heridos –muchos de los cuales fallecerían en los días siguientes-. La indignación popular estalló y la F.O.R.A se lanza al día siguiente a la huelga general por tiempo indeterminado, la cual es secundada por la U.G.T. Esta huelga es realmente formidable, solo en la Capital toman parte en ella 300.000 trabajadores (9). En esta ocasión, nuevamente las dos organizaciones emiten un comunicado conjunto. (10)
Esta huelga general, les otorgó a los partidarios de la unificación una oportunidad que no iban a desaprovechar. Se convoca a un congreso de unificación, para los días 25 y 26 de septiembre, al cual acuden solo diez sociedades pertenecientes a la F.O.R.A –de las 42 que había en el congreso-. Como resultado de este congreso, se disuelve la U.G.T y se crea la Confederación Obrera Regional Argentina (C.O.R.A), en la cual participan sindicalistas revolucionarios, socialistas y anarquistas.
El atentado de Simon Radowitzky contra el jefe de policía Ramón Falcón, como respuesta a los actos represivos feroces del primero de mayo, tuvo como fecha el 14 de noviembre de 1909. Este acto de valentía del joven obrero anarquista desencadenó una represión furiosa por parte del poder. La F.O.R.A sufrió el acoso de las fuerzas represivas de una manera brutal; Deportaciones masivas, cierre de locales, prohibición de la prensa, encarcelamientos. Esas fueron las respuestas del Estado.
Sumado a eso, los acontecimientos de mayo 1910, dejaron a los F.O.R.A en una situación complicada. En mayo, la patria cumplía cien años, y la burguesía no quería que esos obreros internacionalistas le arruinaran su festejo. Por eso, el Estado dispuso para ese mes un verdadero ejército en las calles de Buenos Aires. Sabiendo que la F.O.R.A saldría a luchar, en los días previos al 25 de mayo, comenzaron las detenciones. Al respecto Abad de Santillán nos dice: “El 13 de mayo comenzaron las detenciones en masa: el 14 se decretó el estado de guerra y se implantó el terror policial. Los primeros en caer, naturalmente, fueron los redactores de La Protesta y La Batalla y los miembros del Consejo Federal de la F.O.R.A” (11). Además, se asaltaron los locales obreros, se quemaron sus bibliotecas y se destruyeron sus muebles. Sin embargo, a pesar del terror policial y de los 2.000 obreros presos, la burguesía no pasó las fiestas del centenario con total calma, ya que hubo sabotajes diversos, duros enfrentamientos y choques sangrientos.
Debido a las masivas deportaciones y al encarcelamiento en masa de sus referentes, producto de la situación posterior al atentado contra Falcón y a las jornadas de mayo de 1910, la F.O.R.A perdió buena parte del ascendiente sobre el movimiento obrero organizado, lo que fue capitalizado por la C.O.R.A.(12)
En los años posteriores, la C.O.R.A alentaba la fusión de las dos grandes organizaciones (13), pero la F.O.R.A la rechazaba. Sin embargo, en 1914 la C.O.R.A se juega el todo por el todo; vota su disolución y el ingreso en masa de sus gremios a la F.O.R.A, con el objetivo de que se quite la declaración de su finalidad social. Horacio Ricardo Silva explica magistralmente esta particular situación, por lo cual me tomo el atrevimiento de citarlo extensamente. “(La C.O.R.A) hizo un nuevo planteo de unidad, solicitando de la F.O.R.A la anulación de la recomendación sobre el comunismo anárquico; a lo que la F.O.R.A respondió que por tratarse de una simple recomendación y no de una imposición, esa cláusula no podía ser un factor que impidiera la unidad; pero que aún así, dejaba abierta la posibilidad de eliminarla, si así lo decidía un congreso de la misma F.O.R.A.
La C.O.R.A, entonces, hizo una jugada destinada a dar el golpe de gracia a la federación anarquista, votando en 1914 su disolución e incorporación dentro de la F.O.R.A. Ésta, por su parte, aceptó esa incorporación masiva, y convocó a un nuevo congreso para abril de 1915, el que sería el IX Congreso de esa organización.
En el transcurso del mencionado Congreso, la mayoría de los delegados votaron la eliminación de la cláusula de recomendación del comunismo anárquico; pero esta medida fue resistida por 21 sociedades de resistencia anarquistas, las cuales decidieron desconocer el noveno congreso, mantener vigente la controversial declaración, conservar la denominación “V Congreso”, y elegir un nuevo Consejo Federal que los representase.” (14)
De esta forma, a partir de 1915, hay dos grandes organizaciones en el movimiento obrero local, la F.O.R.A del IX Congreso, mayoritaria y de tendencia sindicalista y la F.O.R.A del V Congreso, minoritaria y de orientación anarquista.
(…)
1- Diego Abad de Santillán: La FORA. Ideología y trayectoria del movimiento obrero revolucionario en la Argentina, 2005, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, p. 21.
2- Horacio Ricardo Silva: Días rojos, verano negro. Enero de 1919, la Semana Trágica de Buenos Aires. 2011, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, p. 85
3- Ibíd., p. 87
4- El agregado de la palabra “Regional”, obedecía al concepto geopolítico inherente a la ideología anarquista. En ella, el concepto de “Nación” se corresponde a una división artificial de los pueblos de la Tierra, implantada con el objeto de favorecer el antagonismo entre la raza humana. Por tal motivo, para el anarquismo el planeta no se divide en “naciones” sino en “regiones”, negando así la idea de patriotismo, origen de todas las guerras internacionales. Ibíd., p. 87
5- Diego Abad de Santillán: La FORA. Ideología y trayectoria del movimiento obrero revolucionario en la Argentina, 2005, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, p. 151.
6- Una prueba de ello, es la carta enviada al V congreso de la F.O.R.A, el 26 de agosto de 1905, por la U.G.T. Ibíd., p. 140 y 141.
7- Ibíd., p. 160
8- Ibíd., p. 160, 161,162 y 163
9- Ibíd., p. 186
10- Ibíd., p. 187, 188
11- Ibíd., p. 206
12- Horacio Ricardo Silva: Días rojos, verano negro. Enero de 1919, la Semana Trágica de Buenos Aires. 2011, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, p. 88.
13- Prueba de esto es la carta enviada el 04 de noviembre de 1912, firmada por el Secretario de la C.O.R.A, A. Biondi. Diego Abad de Santillán: La FORA. Ideología y trayectoria del movimiento obrero revolucionario en la Argentina, 2005, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, p. 211 y 212.
14- Horacio Ricardo Silva: Días rojos, verano negro. Enero de 1919, la Semana Trágica de Buenos Aires. 2011, Editorial Utopía Libertaria, Buenos Aires, p. 88 y 89