¡Que viva el circo!

¿Qué otra cosa puede hacer el circo que no sea sanar y salvar? Sanar el alma, salvar la alegría. Señoras y señores, les presentamos a Sanos y Salvos.
Por Maria Celeste Albe @CelezAlbe
Sanos y salvos nace en el año 2006 en la compañía teatral La Arena, bajo la dirección de Gerardo Hochman. Luego de varias presentaciones en el Konex, el Buenos Aires Design y otros complejos de Buenos Aires, se tomaron un descanso para volver en este 2013 en el contexto de celebración de los 15 años de la compañía.
¿Cómo lo hicieron? Con una gira de 35 días, invitados por el Instituto Nacional de Teatro. El Circuito Nacional de Teatro va paseando por todas las ciudades que tienen sus festivales. Así, Sanos… subió al motorhome y recorrió las ciudades de Paraná, Resistencia, Salta, San Miguel de Tucumán, San Juan, Mendoza, Victorica, Cipoletti, Santa Rosa, Córdoba y Rosario.
En esta oportunidad, el elenco estuvo conformado por doce acróbatas: Florencia Valeri, Mariano Carneiro, Clara Parada, Gabriela Parigi, Pablo Morizio, Esteban Trindade, Marco Ingaramo, Camille Bastos, Virginia Molina, Rodrigo Oses, Mane Stancoto y Javier Davis; y cinco músicos: Manuel Katz, Nicolás Parley, Lucre Ortiz , Juan Baronesa y Lucía Gómez. Con la iluminación, impecable, a manos de Víctor Gabriel Olivera.
Debajo del escenario se encontró Hernán Paulos en la asistencia de dirección quien nos abrió las puertas de su hogar y nos llevo a una gira imaginaria con Sanos y Salvos.
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¿Con qué se encontró el público de Sanos y Salvos en esta gira?
Hernán: Sanos… A todos sorprende, a todos gusta. Es una obra muy dinámica, circo eno, basado en la acrobacia, la danza, la actuación. La banda en vivo es buenísima. Quien conoce a Gerardo Hochman sabe lo que puede llegar a encontrar. Es una obra muy particular, es fuerte. Para mi la música de Omar Gianmarco, especialmente hecha para Sanos…, en vivo multiplica. Nacieron juntas las escenas y la música. Hay mucha magia. Además hay un clown bárbaro, uno de los pocos que hizo todas las obras: Marianito Carneiro.
¿Es para toda la familia?
Hernán: Si, si. Hay un topples que a veces condiciona un poquito a los grandes como para llevar a los chicos pero es totalmente lindo y lo hemos hecho en vacaciones de invierno para chicos y si, se le pone un top y demás. Cuando es dirigido hacia chicos, pero cuando es en un horario nocturno no. Yo lo recomiendo para chicos, ni hablar. Mis sobrinos han ido. Pero si, es para toda la familia.
¿La obra cuenta una historia o son escenas aisladas?
Hernán: Tiene una estructura circense que esta basada en números. Pero hay ahí, en el clown, un hilo conductor. El te lleva a recorrer esos números y obviamente no tiene una dramaturgia literaria pero hay una evolución.
Hay cinco músicos en escena, ¿qué instrumentos componen la banda de sonido?
Hernán: Hay piano, acordeo, chelo,violín, un set de percusión con tumba doras, cajón peruano y alguna cortina de metales, y después vientos: saxo tenor, soprano, flauta traversa en un número. Y hay un tacho ahí para percutir, además los acróbatas se animan con unos huevitos, el rallador, triángulo y esas cosas.
Y hace pocas semanas regresaron de la gira por el país, ¿cómo se fueron moviendo de ciudad en ciudad?
Hernán: Hicimos la gira en un motorhome, donde entrábamos los que estábamos en escena y los técnicos. Después el Instituto nos juntos con unos técnicos que se movían con su propio motorhome, que llevaban las luces y sonidos a todos lados. Fue muy ecléctico por la forma en que nos recibían en cada lugar. Y los lugares de actuación. En muchas ciudades estuvimos en los mejores teatros, y en otros fuimos a galpones. Lo importantes es que todos tenían buena onda para trabajar y la recepción que tuvimos en el público fue recompensante.
¿Sintieron diferencias entre los públicos de diferentes lugares?
Hernán: Pleno. Cada uno tiene su onda y nunca deja de sorprenderte. Además nunca sabes con que te vas a encontrar. A veces nos tocan públicos infantiles, a veces más adultos.
¿Y hubo algún lugar que por alguna razón en particular les haya llamado más la atención?
Hernán: San Juan fue tremendo porque fue un aplauso hermoso. Los artistas por lo general reciben el aplauso en el escenario y luego van a saludar personalmente a donde sale el público. Y en San Juan paso que empezaron a aplaudir de vuelta, la gente no podía salir de la sala porque se quedaban aplaudiendo. Entonces se hizo un tremendo apaluso. Fue impresionante.
¿Y algún teatro?¿Por la estructura o alguna característica?
Hernán: El teatro de Salta, el Teatro Provincial de Salta es una locura total. Mil cien personas. No se llenó, una pena. Después por lo no tan agradable también. El de Cipoletti, en una Sociedad Italiana, fue muy raro. De todos modos tuvimos dos funciones para 800 personas, un público hermoso. Y después nos toco galponazos, pero en Rosario en el Centro de Experimentación Contemporáneo, armaron gradas en forma lateral, eso nos permitió hacerlo en el formato original de Sanos y Salvos que es con platea bifrontal, que es una pasarela larga con plateas a ambos lados y los músicos coronando en una punta. Fue un galpón pero fue tremendo porque vos tenes a tres metros al público. Digo, vos estas haciendo un rondo mortal y el público esta ahí a medio metro.
¿Y cómo fue la convivencia siendo tantos artistas?
Hernán: Esta vez fue divina. Mucho amor y mucha predisposición al trabajo, sí todos trabajamos el esfuerzo es menos para todos. A mi me daban mucho miedo las lesiones y demás, es una obra fuerte justamente y por suerte sólo una chica no hizo dos funciones y después se reincorporo y termino haciendolo todo de vuelta, así que se cuidaron mucho el cuerpo y estuvo muy, muy bien. Además, viajo un bebé con nosotros, que eso le repartió mucho amor para todos, nos tiernizo. Pero la convivencia no es fácil, en un motorhome, almorzando y cenando todos los días juntos. Así y todo, tuvimos una muy buena relación.
¿Dormían siempre ahí o en alguna ciudad pararon a dormir?
Hernán: No, siempre dormimos en hotel. Así como los teatros variaban, los alojamientos también. Nos toco un hostel donde dormíamos quince por habitación hasta el hotel más lindo de Cipoletti que era re lujoso, desayuno americano absoluto. Muy variado, pero en condiciones muy dignas.
¿Hubieron días de descanso o la gira fue al palo?
Hernán: Hubieron días de descanso. Generalmente era un día de descanso por dos de trabajo. De descanso más o menos, porque sí podíamos montar, montábamos. Pero para los artistas por lo menos era así. Un día de descanso, por dos de trabajo.
¿Cómo sigue el año para Sanos y Salvos?
Hernán: Por ahora vamos a parar. No se sabe, siempre puede salir algo. A mi me queda viajar a París con Traveling, otra obra de la compañía. Hacemos un mes ahí y, por ahora, no hay otros espectáculos.
Hernán sonríe, gesticula, tiene el circo a flor de piel. Ama. Siente el orgullo de quien toma a su hijo en brazos con emoción por primera vez. Ha sido un gran compañero de ruta.
Y Sanos y Salvos nos deja a la espera de encontrarlos pronto, en algún rincón de la ciudad. ¡Que viva el circo!

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