Maldita policía tirando a matar
“Hey! Qué te pasa Buenos Aires”…que cada protesta contra las políticas privatistas del Gobierno Porteño terminan en violenta represión. Qué pasa que la Policía Metropolitana lejos de ser sinónimo de seguridad se ha convertido en una fuerza netamente destinada a la persecución. Cómo puede ser que se haya disparado con balas de plomo y que haya más de 30 heridos con balas de goma. Algo, sin dudas, anda mal.
Por Vanesa Spaccavento @VaneSpaccavento
Lo que venía siendo una resistencia pacífica se transformó en una violenta represión con más de 30 heridos, dentro de los cuales hubo tres con balas de plomo….Vamos a repasar los hechos de esa noche.
“El dinero es muy violenta, roba, mata y anda suelto”
Lo público es el mayor herido; es la victima de este modelo que hace de la Ciudad una empresa. La Sala Alberdi quedó en medio de un negocio millonario que engordó notoriamente los bolsillos de unos pocos mientras muchos quedan despojados de su fuente de trabajo y educación.
Nada más ni nada menos que 93 millones de dólares.
“Si te sales de la lista te convierto en terrorista”
A la Toma de la Sala Alberdi que viene de agosto del 2010 se sumó, el 2 de enero, un Acampe Cultural en la Plaza Seca con el fin de facilitarle agua y comida a los “presxs culturales”; esos que son tildados de “okupas” por algunos y que no hacen más que defender el espacio público. Dicho Acampe permitió realizar los talleres de verano programados pese a tener el CCGSM vació de actividades, repleto de fuerza policial (y para-policial) y cerrado al público.
En el transcurso de 70 días de resistencia pacífica varias denuncias públicas sacaron a la luz hechos de violencia sufridos por quienes se encontraban en la Plaza Seca pero lo ocurrido el martes 12, superó lo imaginable.
Ese día se dio a conocer la decisión de la Asamblea de levantar el Acampe Cultural en solidaridad con los empleados que fueron cesanteados y que recibieron como motivo de dicha decisión de la Dirección del Centro, que está a cargo de Gabriela Ricardes, la explicación de que perdían sus fuentes de trabajo por culpa de quienes estaban acampando. En solidaridad con ellos y con la intención de volver a pedir dialogo con el Gobierno las carpas desaparecieron pero esto tuvo una respuesta: la violencia.
Alrededor de las 18 llegó una enorme cantidad de personal policial (Metropolitana) que se desplegó tanto en la Plaza Seca (la cual fue cerrada con cerca de 20 chicos adentro) como en los alrededores.
Con el correr de las horas cada vez era mayor la cantidad de gente que se acercaba en solidaridad con los talleristas, alumnos y asambleístas de la Sala Alberdi. Mientras sin orden judicial “la Metropolitana” se adueñaba del lugar pero cerca de las 21, tras la “visita” de la Fiscal Claudia Barcia, quien es responsable de dicho operativo y de todo lo ocurrido junto a funcionarios como Gabriela Ricardes, Hernan Lombardi y Mauricio Macri, parte del personal desalojó la Plaza en paralelo a que la misma era recuperada por los manifestantes.
Para ese entonces tanto representantes de la Asamblea como uno de sus abogados habían denunciado públicamente la presencia de infiltrados así como también el ánimo de salir a reprimir por parte de quienes comandaban el operativo. A esto se suma que antes de las 22 empleados de la radio que funciona en el CCGSM habían avisado que desde la Dirección les habían solicitado abandonar el edificio porque a partir de esa hora el desalojo podía llegar en cualquier momento porque de esa noche no pasaría.
“Nos quieren callar, nos quieren dormir, nos quieren sumisos”
Representes de la Asamblea reunidos con el Ministro de Cultura en un insólito horario, cortes de calle, policía desplegada de manera tal que cuando se desatará la violencia sea imposible salir y la excusa: una especie de “molotov” fue tirada hacía uno de los vidrios de la entrada del CCGSM. El vidrio no se rompió y los manifestantes comenzaron a gritar reprochando el accionar de esa persona pero…ya era tarde, los vidrios comenzaron a romperse por la policía que comenzó con el operativo.
Acá es, como periodista, quiero hacer una pausa, un pedido a la reflexión por parte de colegas. Colegas de grandes medios que desde hace meses solo criminalizan conforme al discurso oficial y que, ante esta situación, siguieron con el encubrimiento. Los medios de comunicación, el cuarto poder, los formadores de opinión no hicieron más que hacer foco en que los jóvenes tenían su cara cubierta y tiraban piedras, palos y habían hecho barricadas. Respuesta violenta, pero respuesta, en defensa. Colegas que estaban en el lugar heridos con balas de PLOMO y más de 30 heridos con balas de goma, la mayoría de estas impactaron en la zona de la cabeza/ojos de los manifestantes.
Respirar en medio de los gases era imposible al igual que lo era salir porque el operativo lejos de ser algo que los agarró por sorpresa estuvo muy bien armado y eso lo demuestra la ubicación en zonas aledañas de la policía.
El operativo duró mucho más que un mero “rato” y tras ello los manifestantes pudieron re-agruparse en la Plaza del Obelisco donde conocieron la existencia de los heridos por balas de plomo y la detención de siete compañerxs.
Asamblea, discusiones, posturas enfrentadas, ¿Más violencia? NO! Marcha pacífica hacía Av. Corrientes y Paraná; más no se podían acercar al Centro Cultural, el cual se encontraba rodeado por la Infantería Metropolitana.
Día D
Al día siguiente una enorme manifestación encabezada por los artistas de la Sala Alberdi marchó en repudio a la represión, a los detenidos (que finalmente fueron liberados alrededor de las 20) y exigiendo el poder ingresarle agua y comida a los 4 jóvenes que aún están en el sexto piso. La marcha se dirigió a la Legislatura, donde supuestamente Lombardi los atendería a las 22, cosa que no ocurrió.
La provocación, la violencia institucionalizada y la apuesta al desgaste son las formas de dialogar del Gobierno.
Siempre que llovió paró…
Sería bueno que así sea pero una nueva tormenta rodeaba la situación; el Centro Cultural no solo está repleto de personal policial sino que se encuentra completamente tapiado. Los chicos de arriba no tienen agua y comida. El Gobierno no ofrece solución más que la represión. Fuentes cercanas aseguran que todo esto no es casual, que la Sala Alberdi será destinada para la realización de presentaciones privadas de películas y que el cierre de ese negocio es lo que aceleró estas torpezas que, pese a que muchos medios distraigan, pagará políticamente el “macrismo”. Los jóvenes artistas siguen resistiendo pacíficamente pero CABA se convirtió en una empresa y los Ciudadanos en empleados; lo público se está cerrando y todo el que apueste a la autogestión se convierte en terrorista.
Sin dudas… no está bueno Buenos Aires.