Lo de Mariano fue una represión a tercerizados
La polarización política se esfuma al escuchar a Pablo Ferreyra entendiendo y reivindicando las consignas que defendió su hermano Mariano. Dos personajes con diferentes miradas en cuanto a las formas de lucha, pero la misma sangre y el mismo compromiso: repudiar la tercerización laboral. “Pedimos perpetua para Pedraza, aunque creemos que socialmente ya fue condenado por todos”.
Fuente: nosdigital.com – Tw: @nos_digital
A casi dos años del asesinato de Mariano Ferreyra en manos de la patota sindical de Pedraza, nos juntamos con su hermano Pablo. En medio de las audiencias de un juicio que parece encaminarse, charlamos un rato en las escaleras de los Tribunales de Comodoro Py.
Pablo se muestra tranquilo, reflexivo, pero sobretodo expectante. Desde una postura bastante ligada al kirchnerismo, se anima a marcar errores de este Estado, pero también asume una decisión judicial para acelerar esta causa. Además, nos cuenta su relación con los ex compañeros de su hermano, los militantes del Partido Obrero. Qué los une y qué los separa.
La bandera en común es una sola: luchar contra la tercerización laboral y sus mecanismos más perversos, entre los cuales ubica la matanza a sangre fría de Mariano. Ideologías diferentes, acciones distintas, la voz es unánime y se resume en el pedido de cadena perpetua para Pedraza.
“Nunca tuve una militancia orgánica y ni la tengo hoy. Apoyó ideas claves de este gobierno, medidas estratégicas como la recuperación de YPF, la asignación universal. La militancia dentro del kirchnerismo para mí es el único campo donde se puede desarrollar un panorama más concreto para trabajar, siempre con algunos límites. Ojalá se pueda tejer un puente entre lo mejor que tiene el kirchnerismo y lo mejor del progresismo, la izquierda. Hay que repensar la estrategia contra Macri, por ejemplo, donde el oficialismo no ha querido entrar nunca de lleno”. La postura política de Pablo se va delineando desde un principio, aunque durante toda la entrevista dejará al descubierto cuestionamientos genuinos hacia un modelo al que, insiste, se le deben hacer críticas y debe estar predispuesto a escucharlas.
- ¿Creés que todos los sectores políticos juveniles defienden la causa de Mariano?
-El Partido Obrero se comportó bien, asumió la causa de manera militante. Después hay sectores cercanos al kirchnerismo que se confunden en no tomar la causa por no poder ver detrás de las políticas que el PO representa. A mí me parece una limitación grande, yo todo el tiempo voy a empujar hacia nuestro lado a esa ala progresista que hay en el oficialismo. Que abracen la causa más allá de que una sentencia pueda perjudicar a parte de este Estado, el mismo que está cuestionado en otras causas también. Más allá de apoyar un proyecto tiene que existir un momento en donde se pueda tener cierta capacidad de crítica. El caso de Mariano permite eso. Es muy significativo que haya estado acá Facundo Moyano, la CGT mantuvo un silencio ante este caso, no salió a defender corporativamente como hace siempre, defendiendo a Pedraza. La causa de Mariano no tiene que ser una exclusividad del Partido Obrero, se trató de un ejemplo más de ataque a una juventud organizada que milita.
- Pero no hablás con bronca hacia esos sectores…
-No tengo rencor porque estoy seguro de que en algún momento vamos a ganar esta discusión. Cuando uno logra sacar a los militantes de la polarización instalada se encuentran matices más interesantes, porque lo que hay que entender acá es que si llegamos a ganar este juicio será un golpe duro contra sectores de la burocracia sindical que practican métodos que atacan a la juventud, pegan donde más duele que es quitándole derechos a los trabajadores. Históricamente fue así, si estamos intentando conquistar este terreno me parece que deberían apoyarlo, entiendo que tiene que ser de manera natural el apoyo. Ganar este juicio representaría un avance más para el sector popular y para todos aquellos que se mantienen en lucha por la dignidad laboral y las formas de trabajo.
- ¿Sentís que en algún momento se podrá dar un volantazo en cuanto a la burocratización en la que se sumergen algunos sindicatos y sus trabajadores?
-No creo que cambie la matriz del sindicalismo. Pero esta causa logra quela Justiciatome nota, eso es lo interesante. Hay más sensibilidad sobre el cercenamiento de derechos laborales. Creo que va a marcar un límite si logramos mostrar cómo fue el accionar policial en aquel momento, va a marcar nuevamente otro punto negro que tiene este gobierno en sus políticas contra la violencia institucional. Siento que debe llamar a una reflexión sobre la política de ‘no represión’, o por lo menos una actualización de esa hipótesis. No porque este sea un caso de represión policial, sino por omisión policial, que se niega a actuar en una movilización de este tipo. Yo no quiero decir quela Policíadebería haber reprimido, sino que deberían haber identificado, separado, detenido a un sector de esta patota. Y otra reflexión tiene que girar directamente sobre la tercerización laboral propiamente dicha.
- ¿Cuál es el panorama actual de la tercerización laboral?
-Al día de hoy no hay ningún abordaje serio de ningún tipo, de ningún sindicato, sobre el tema. La experiencia más interesante la tuvimos con el subte, que logró el paso de todos los empleados tercerizados a planta permanente. Fue un conflicto enorme, pero este caso es uno aislado entre tantos. Por lo general, lo que sucede es que la tercerización avanza, golpea muy fuerte a los jóvenes, a los sectores más populares, al primer laburo del pibe que sale a buscar. Es muy amplio el ‘universo tercerizador’. Podemos pararnos desde los noventas y observar cómo la privatización habilita esta práctica, cómo las políticas neoliberales y el menemismo dan vía libre. En América Latina entera avanzó esta forma de trabajo, pero particularmente sucede que acá, después del 2003, se reincorporaron cinco millones de laburantes al mercado laboral, y no hay ningún cambio significativo. Los empleados todo el tiempo están siendo invisibilizados laboralmente, donde hay casos tremendos, como Pedraza con su cooperativa trucha en el ferrocarril donde explota a 200 trabajadores. Por la explotación de esos tipos tercerizados recibe un subsidio de diez millones de pesos de los cuales utiliza solo dos millones para pagar sueldos y se queda con el resto. Ese es uno de los mecanismos más perversos de una propuesta cada vez más precarizante, y ahí se cuela el asesinato de Mariano, que está puesto justo para ejemplificar y mostrar que los tercerizados no pueden movilizarse y no pueden tener una visión grupal, ni pueden no querer convenios que no benefician más que al patrón. El caso de Mariano ejemplifica cómo se quiere acallar y reprimir al sector tercerizado. Se busca más un beneficio político que económico, ahí está la ganancia más grande, porque hay casos en los que incluso es más cara la tercerización, pero tienen la tranquilidad de que van a tener gente que no va a poder reclamar por nada, que en caso de que los despidan van a aceptar una indemnización de mierda.
-Participás del Cels, ¿tienen propuestas concretas para luchar contra estas prácticas?
-En este momento no hay herramientas enla Argentina para medir la tercerización. Porque el mismo mecanismo es invisibilizador y aparte hay falta de voluntad del Ministerio de Trabajo para generar esas herramientas. En el Cels tenemos una mesa de trabajo con la intensión de llegar a la semana del 19 de octubre, donde se cumplen dos años del asesinato de Mariano, con una jornada en el Congreso de la Nación. Vamos a presentar un documento con siete u ocho propuestas en contra de la tercerización. Nuestra idea es que todos los sindicatos participen, se tienen que montar a la campaña, tiene que ser de ellos. También, el Ministerio de Trabajo, que participen todos. Sabemos que es un momento de gran fragmentación sindical, que muchas veces por cuestiones casi de vedettismo no participan unos u otros. Todos aceptamos que la tercerización debe ser combatida, no veo impedimento para que todos participemos de una jornada organizada desde el Cels. Muy corta, la idea será empezar una campaña que dure tres o cuatro años y que vaya sumando no solamente adherentes sino difusiones, mostrarle a la juventud y a los laburantes cómo son tercerizados, cómo darte cuenta que lo sos. Visibilizar el problema.
- La cara de Mariano está en fotos, grafitis, banderas, si tenés que sacarlo de esa imagen estática, ¿qué consignas que defendía resaltás?
-Puntualmente representó siempre la lucha contra la tercerización laboral. Yo tengo un abordaje completamente diferente al que tenía él. No desconozco que los métodos para luchar en este tipo de reivindicaciones concretas, no son los mismos. Probablemente cuando se convoque al Congreso del Cels, el Partido Obrero no participe. Mi hermano prefería un método de acción directa, como era cortar las vías para conseguir la restitución de esos despedidos, que me parece válido, pero primero tenemos que ver los panoramas que hay y después ver cómo se puede avanzar. Defendía y defendería las consignas que hoy siguen defendiendo desde el PO. La solidaridad de Mariano con sectores ajenos a su mundo, como es el ferroviario, la lucha contra la precarización y la juventud política, esos fueron sus ejes. Un joven que militó desde muy chico, eso me queda. Todo se resignifica con un marco como el de hoy, en donde, a pesar que muchas veces el kirchnerismo no tome el tema de Mariano como algo central, desde el 2003 hay una participación política muy grande en la juventud. Si el año que viene conquistamos el voto de los pibes de 16 años estaríamos haciendo algo que Mariano hubiera querido seguro, porque empezó a militar de joven y hubiera querido votar al Partido Obrero a los 16, y no pudo, esperó a ser mayor de edad. Luchó por hacer un centro de estudiantes, escribió notas para contagiar las perspectivas políticas entre los jóvenes. Esta coyuntura hubiera significado una militancia activa para Mariano.