Las mujeres reales soñamos cosas raras

Soñé que todos me miraban,
era hermosa y todos querían
saludarme. Me comentaban
al pasar todo lo que pensaban
de mi cuerpo y yo estaba tan
hermosa y sonreía.

Me querían tocar, comer,
manosear se notaba que todos
y todas querían meterse
dentro mío y tratar
de ser yo por un rato. Yo,
tan hermosa,
tan arrebatadoramente hermosa.

Y desperté
con el maquillaje
corrido y las lagañas
colgando más parecida
a la canción de Viejas Locas
que a mi misma o
a la hermosura del sueño.
Desperté cansada, desnuda
y ya no muy hermosa.
Con las tetas paradas pero
más gorda de lo que quisiera
y sin culo, o con muchísimo menos
y caminé por la calle
cabizbaja
pensando quisiera ser muy hermosa.
Y la gente igual me miraba,
no querían ser yo por un rato,
aunque tal vez más de uno
se me metería adentro.
Soy tan horrible y me miran,
se pegan codazos se dicen mirala,
sería tan hermosa con unos kilos
abajo o con más maquillaje
tapando las ojeras sería
tan linda si se vistiera como el resto
o se peinara mejor, con el pelo crecido.
Sería tan linda pero igual me la cojo
mirá qué tetas me la cojo porque
es carne. Igual me la cojo mirá
qué carita de puta la debe chupar
como los dioses sería tan linda
con la camisa tapando la grasa
a los costados y las tetas al aire
apuntando a mi cara y sería tan linda
ay, qué linda que sería.

Y yo no sé muy bien
si sigo soñando incoherencias.
Capaz ni me miran.
Capaz no me creen tan linda
como para dedicarse a pensar si podría
ser mejor.
Capaz no soy tan gorda. Capaz
si adelgazo me vuelvo horrible.
Capaz nadie me quiere coger
ni ser yo.
Pero ¿para qué voy a querer ser hermosa,
como ustedes pretenden
con lo complicado que ya me resulta
ser yo?
Para qué
si no nací
para encajar,
soy hermosa a mi manera,
a la manera de tantas,
a la manera de otras.
Mi hermosura radica
en no dejarme llevar por las formas impuestas
y en aquello que sueño y que no tiene sentido
me digo y aparte
ni sé cómo hacer para gustarle a nadie.
Ni a mi sombra, tan negra que no me deja
pensar.