#LaEducacionEnEmergencia

Uno de los reclamos que encabezó el paro de los docentes de la provincia de Buenos Aires a principio de este año, fue la necesidad de mejorar la infraestructura de los colegios. Queremos agradecer a los que participaron en la nota dando su testimonio pese al miedo manifiesto de represalias por parte del Ministerio de Educación de la provincia.

Por Maria Luz Bottani @LuzBottani

Tras 17 días de paro y ya estando en la mitad del año, la noticia sigue siendo el deplorable estado de las escuelas. Padres, alumnos, profesores y directivos, se organizan como pueden para tratar de encontrar soluciones y respuesta de los responsables.

tapaEn muchos casos los directores cuentan que la plata del subsidio estaba, pero que nunca llegó y en otros que se mal administró. Las asambleas, las clases abiertas en la calle y las marchas son cientas, sin embargo el problema continúa. Los chicos siguen estudiando y los maestros dictando clases en situaciones que ponen en riesgo su vida.

La Escuela de Arte de Berisso desde hace un año está en emergencia edilicia. Sus 26 aulas tienen problemas de humedas, electricidad y aberturas, 8 ya tuvieron que ser clausuradas. El año pasado la Dirección Provincial de Infraestructura Escolar les adjudicó un subsidio para reparar los techos del establecimiento, sin embargo la obra se paralizó por falta de pago. La plata nunca fue depositada por dicha Dirección y la empresa que realizaba los arreglos dejó de trabajar.  Las fuertes lluvias, sobretodo las de la semana pasada, agravaron el estado de los techos y del sistema eléctrico.

            Muy similar es lo que ocurre en la Escuela de Enseñanza Técnica Albert Thomas, ubicada en la ciudad de La Plata. Cada vez que llueve, en los talleres donde se cursan las orientaciones en electromecánica, automotores y construcciones deben suspenderse las clases debido a que los salones se inundan. En las aulas, los estudiantes tienen que compartir las sillas por falta de mobiliario, y en las clases de dibujo técnico muchos trabajan apoyando el tablero sobre sus piernas. Medio edificio queda sin limpiar por falta de personal auxiliar.

albertthomasA ellos también les dieron un subsidio pero para arreglar cosas que ya habían sido reparadas, como por ejemplo techar un patio y no para arreglar la membrana de techo que cuando llueve se inunda el tercer piso y es tanta el agua que logra filtrarse dos pisos más abajo. La plata estuvo pero se mal administró y hoy los alumnos tienen que convivir con pasillos inundados, con agujeros en el techo de su aula o tener que perder la clase en el laboratorio de electromecánica porque está inundado y corren peligro de electrocutarse.  Esta situación afecta a unos 12 cursos de 20 alumnos cada uno, es decir 240 alumnos del industrial Albert Thomas deben suspender sus actividades.

Estos dos casos se dieron a conocer la última semana y son el reflejo de lo que viven muchos otros establecimientos educativos. Acostumbrarse a vivir en situación de riesgo es lo que no quieren ni los docentes, ni los alumnos. No piden cosas excepcionales, sólo lo básico, pero evidentemente el abandono en el que están deja en claro que no son la prioridad. Los reclamos abundan, pero las soluciones no.

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