#Fotogaleria Un año sin Santiago: cobertura en Mar del Plata

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María del mar Rodríguez

María del mar Rodríguez

Escribo. Estudiante de teatro. Bailo en los semáforos. Amores: el feminismo, los fideos y el mate amargo.
María del mar Rodríguez

Corriendo La Voz se hizo presente en Mar del Plata al cumplirse un año de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, rememora la jornada en estas imágenes y crónica.

Mar Del Plata. Primero de agosto. Esta crónica ya se estaba escribiendo. Como la tormenta en esa marcha del año pasado. Este primero de agosto, sin Santiago, el cielo estaba cargado desde temprano y el viento se hacía sentir con fuerza. Finalmente no llovió. El sol terminó haciéndose presente. El frío, en la Mar Del Plata siempre fría que duele en los cuerpos. Porque sí, acá en la ciudad no tan feliz, también nos duele la violencia institucional: tenemos muchos Thomás Perez por llorar y muchos Facundos Gómez por preguntar.

Había sol, sobre la calle San Martín, zona peatonal frente de La Catedral. A las 14 horas inició un festival nombrando a Santiago, nombrando a Facundo Jones Huala, que hace un año atrás estaba preso. Hace unos días, con su abuela, le hicieron una llamada telefónica, su voz ahí por el parlante, difundiéndose gracias a la Radio Comunitaria La Revuelta.

Atrás de esas voces que informaban sobre esta fecha, una manifestación artística: una telaraña de hilos, con caras, con números. Caras que duelen la historia: Rafael Nahuel, Teresa Rodriguez, Carlos Fuentealba… números: 5462 casos de gatillo fácil. Esta intervención, hecha por el Frente de Acción Cultural y Artística reflejaba cómo el poder se va llevando nuestras caras, pero quedan ahí, mirándonos.

Mientras tanto, el festival arrancaba con música de protesta y de lucha. Con Nevenka y Susa, dos mujeres combativas poniéndole voz y canto a la tarde.

Y después, arranca el ritual. El homenaje al brujo en esas caras, esos cuerpos vestidos de negro que se enriendan. En un costado, otras personas con maquillaje brujo, bruja hacen un círculo como preparando una poción. Son el Colective retumba la calle que se van desarmando mientras un joven de pelo largo y rabioso recita un texto de Santiago en el micrófono: “Alguien debe gobernar sino esto sería un caos”. Pero esos cuerpos teatro, manifestación, se siguen desarmando cual ritual y ante un bombo que suena como latido. Quien leía, gritaba la palabra que invoca, que despierta: ¡Santiago! ¡Santiago! Y el sol vuelve a aparecer, esos cuerpos libres, brujes, de conjuros, ahora son murga, ahora la música es murga, ahora sus manos son murga y pegan ese salto que es alegría mientras las palabras siguen desde ese micrófono “fuego, fuego a las urnas” y mientras bailan explotan palabras mapuches, grito mapuche, hermano, hermana, hermane, y sueltan un: “una y mil veces venceremos, una y mil veces venceremos”.

Este colective, “Retumba la calle”, tuvo sus por qué: “Desde el principio sentimos que participar y aportar algo desde lo que nos atraviesa, tratando de unir todo lo que nos pasaba y poder representarlo de una forma artística y dejar un mensaje, básicamente el que dimos al final: que no nos desaparezcan. 

“Que no nos desaparezcan más. Sabiendo que lo que le pasó a Santiago podría haberle pasado a cualquiera de quienes estamos acá. Podría ser cualquiera, y por eso nos va a atravesar. Es lo que somos, arte, y tratamos de trasmitirlo con lo que somos”.

“En esta posición en la que estamos, que es nuestro punto de lucha, nos ponemos en el lugar de él y de tantas personas que desaparecen. Ver a nuestros compas y pensar eso: que no nos desaparezcan a ninguno por lo que pensamos, por como actuamos”.

-Esta intervención tenía mucho de los ideales de Santiago, ¿cómo fue armarlo?

“A partir del enojo y la lucha. Si bien involucramos murga en lo que hacemos, esta vez consideramos que teníamos que resignificar la murga para que además de traer este espíritu de alegría también haya un grito de lucha y resistencia”

“Aparte nos parecía importante que no se dejen de hacer estas cosas por el contexto que estamos viviendo en el cual están largando a la calle a las mismas fuerzas represivas que lo desaparecieron a él y treinta mil personas más”

La tarde transcurrió con más música: Matías con su guitarra, las letras raperas de Francisco, chacareras con “Semillas del Sonido”, la pintada de una bandera con la palabra “Memoria”, y la muestra de que los pibes de los barrios siempre nos van a batir la posta con “La cultura está en el Barrio” para ir ya siendo un poco más de las cinco de la tarde hacia el monumento San Martín.

Arrancó la marcha. La calle Luro se llena de pies caminando y de banderas de diferentes organizaciones. Adelante, un cartel, un reclamo en bandera: “Justicia por Santiago Maldonado, el gobierno es responsable”. Y las voces, de compañeras y compañeros de Santiago: “como compañera anarquista pienso que es necesario estar en una marcha para recordar al compañero Santiago y a todas las personas que se murieron luchando como él”.

“Para mi es importante estar acá porque Santi era un compañero, y para reivindicar la lucha Mapuche, que es por la causa que a él lo mataron. Poder alzar la voz, volver a decir Nunca Más, y que los pueblos sean libres” expresó Santiago, mientras formaba parte de la marcha.

Y un señor, Daniel, ahí, caminando con su bandera, con sus motivos: “estoy acá porque Santiago es mi compañero, que era anarquista como yo. Siempre estuve en la calle, vengo de la cárcel de Temuco (Chile) en este momento, de hacer el acampe por Celestino Córdova (Machi que estuvo en huelga de hambre en esta cárcel porque no le permitían asistir a sus ceremonias, y qua además recibió agresiones y torturas por manifestar sus celebraciones mapuches) para su libertad, por Jones Huala, por todos mis hermanos mapuches” manifiesta este hombre y remarca lo que lleva en sus manos: “esta es mi bandera”.

La marcha concluyó con la noche que arrancaba. El frío de esta ciudad no evitó que las calles del centro se llenen se su cara. De su nombre.

PH: Jenifer Romay y Julieta Morete

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