Flaco querido…

Quizás se podía esperar de esta nota un conjunto de fechas y nombres de discos que nos ayudase a recordar a Luis Alberto Spinetta, explicar cuáles fueron sus logros y con qué artistas se codeaba, pero en realidad vengo a contar una historia, una paradoja y un sentimiento. 

Por Macarena Gomez Garcier
Dibujo: Facundo Piloni

El fallecimiento de una persona apreciada habitualmente nos encuentra en un instante de nuestras vidas, un instante que no olvidaremos jamás y aunque era una descreída del llanto por la muerte de un artista (que yo, como muchos otros nunca llegamos a conocer en persona), el 8 de febrero del 2012 me encontré en un mar de lágrimas al recibir la noticia. Luis Alberto Spinetta ya no podría volver a subirse a un escenario, no podríamos ver sus ojos perdidos al entonar sus versos, pero nos quedaba lo más preciado, sus canciones, sus poemas, su música, su esencia.

Como dije antes contaría una historia, una paradoja y un sentimiento.

Yo, como otros jóvenes que circundan mi edad, hemos conocido al Flaco por nuestros viejos, tíos, hermanos o algún que otro cassette (o disco) perdido en una disquería del Centro, incluso muchos son los que han sido bautizados bajo el nombre de sus canciones. Algunos nos enamoramos, otros lo dejaron pasar… Pero nadie puede negar que es él el padre de un sonido distinto a cualquier otro, uno que te hace viajar a los lugares más inhóspitos del alma, de letras con un tinte diferente, ese que inconscientemente nos hizo reír y llorar.

El día que dejó físicamente este mundo me encontraba en Pinamar, una ciudad balnearia donde cada verano Juan Alberto Badía en su querido Estudio Playa, nos invitaba a ser parte de esas cómplices y tan recordadas entrevistas al Flaco. Ese día, la radio se transformó en un eterno pasaje de canciones de Spinetta, con una transmisión aferrada al recuerdo y siempre comandada por Juan. Él, otro ejemplo para mí y tantos periodistas, un maestro y un trasgresor, quizás en muchos aspectos hasta pueda decir que eran muy parecidos y a diferencia del músico, al periodista sí pude conocerlo en persona y fue exactamente ese día. La tristeza que llevaba en su rostro no me permitió acercarme a hablarle y decirle todo lo que sentía, pero el cruzar una mirada en la que silenciosamente pude decirle “gracias” fue un momento para no olvidar.

Llegó el momento de la paradoja.

Juan Alberto Badía también nos dejó y Estudio Playa siempre será de él, pero las trasmisiones están a cargo de sus compañeros. Ellos que decidieron el 3 de enero de este año dedicarle y agradecerle con una canción que Fito Páez le escribió a Luis Alberto Spinetta.

“Hoy, volas por sobre la ciudad, el cielo ríe hacia arriba.

Hoy viajas hacía la libertad, vas a encontrar la salida.
La vida, la vida sin Luis, la vida no es vida sin Luis.
Hoy te está llorando esta ciudad, nunca te olvidará.
Luis siempre en mi corazón.”

 

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