Sofia Formoso Echetto
Comunicadora Social | Periodista & Prensa | Montevideo (Uruguay)
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A principios de mayo se estrenó en las salas de cine del Uruguay el largometraje Fattoruso: la película, un documental que se centra en la vida de Hugo Fattoruso (73), nada menos que el líder de Los Shakers. Hugo (dueño de una notable facilidad para tocar distintos instrumentos y para realizar fusiones entre géneros musicales) no es sólo una leyenda de la música uruguaya sino también parte de la piedra fundacional del Rock and Roll rioplatense. Nos proponemos conocer màs sobre este film y su director.
En la década del ’60 Londres vivía una revolución musical de Rock & Roll debido a bandas como The Who, The Rolling Stones y The Beatles. Mientras tanto, del otro lado del Atlántico, más precisamente en Uruguay, aunque tal vez en menor escala se gestaba musicalmente una situación similar de la mano de Los Shakers. Banda que tranquilamente se podría definir como “Los beatles uruguayos”.
Los miembros originales de Los Shakers fueron Osvaldo y Hugo Fattoruso quien sería el líder de la banda, junto a Roberto Capobianco y Carlos Vila. Los hermanos Fattoruso se criaron en un ambiente abierto y que estimulaba el estudio de la música, de hecho eran conocidos en el barrio por ese talento, tanto es así que una panadera del barrio que viajó a Londres les trajo como regalo el disco de The Beatles She Loves You, gracias a ese gesto se vieron influenciados por ese ritmo de esa banda tan querida de Liverpool.
En 1965 se mudaron a la Argentina donde vivían en hoteles y tenían varios conciertos para poder promover su primer sencillo Break it All que se convertiría en un gran éxito.
Leon Gieco confiesa en el documental que Los Shakers: “fueron fundamentales para el rock argentino”
Motivación
Santiago Bednarik, el director de este largometraje documental, decidió comenzar esta historia en el 2012 cuando se reunió con el músico y hablaron varias horas. Bednarik era fan de Fattoruso pero se encontró con el hecho de que no había ni un libro que contara la biografía de esta leyenda que con su talento logró cambiar las reglas y el gusto musical de Latinoamérica.
El director salió asombrado después de esa primera reunión, ya que como todos, tenemos una idea de cómo viven nuestros ídolos y se llevó una sorpresa al notar que Fattoruso es un personaje singular y realmente muy humilde.
Al ver el largometraje está claro el respeto y cariño que Bednarik tiene por el legado del artista, y por Hugo Fattoruso en sí, que probablemente fue aumentado durante estos 5 años en que juntos realizaron lo que sería la ópera prima del realizador.
Se puede ver que Fattoruso tenía rienda suelta en cuanto a lo que se compartía en el filme y lo que no, también es muy agradable a la vista como al principio se nos muestran las calles de Montevideo, como si fuera el espectador quien está manejando cuando en realidad es Fattoruso quien lleva las riendas del coche. En consecuencia de esta decisión cinematográfica uno se siente parte de la película, mucho mejor que cualquiera que ofrece el efecto de 3D.
Santiago Bednarik

El director realiza un gran trabajo al mostrar el lado que no vemos de la leyenda uruguaya que camina y vive con su madre, en el barrio donde se crió, y cómo también es capaz de nunca abandonar la música, incluyendo a sus hijos y nietos como miembros de su banda.
Santiago Bednarik es un Licenciado en Ingeniería Audiovisual en la Universidad Católica del Uruguay y obtuvo el Bachiller en Informática en el instituto Elbio Fernández – Años 2005 – 2007.
Actualmente desempeña el rol de Director de Postproducción, Edición y Sonido en la productora audiovisual Coral Cine y desde el 2012 hasta la actualidad se desempeña como docente de la Universidad Católica del Uruguay en el curso de Postproducción de Imagen. En 2014 comenzó a dictar clases de Proyecto Documental en la Facultad de Ingeniería Audiovisual de la UCUDAL.
Sinopsis
Hugo tiene 73 años y vive en Montevideo junto a su madre Josefina de 94 en la misma casa donde se crió. En su habitación de techos altos y deteriorados se alojan un piano, sus tambores, estanterías repletas de discos y un altar budista. Es allí donde ensaya, medita, estudia y compone.
Durante su extensa carrera cosechó fama y el respeto de sus colegas. Lideró Los Shakers en los años 60, banda fundacional del movimiento del rock en el Río de la Plata y más tarde se convirtió en un músico de culto con su grupo Opa, en los años 70 en Nueva York, que lo llevó a ser considerado uno de los mejores tecladistas del mundo. Sin embargo su esencia bondadosa y desprendida lo llevó a pasar momentos económicos difíciles la mayor parte de su vida, y la música, que tantas felicidades le han dado, lo ha hecho luchar entre el amor hacia su familia y su pasión por el arte.
Luego de varios años viviendo en Brasil con su esposa María de Fátima y dos de sus cuatro hijos, Francisco y Luanda, logró cierta estabilidad económica gracias a sus trabajos con músicos como Djavan, Chico Buarque o Milton Nascimento. Pero en 1989 Hugo decide regresar a Uruguay, sus deseos de volver a sus raíces e intentar vivir de su propia música fueron más fuertes que el rédito económico.
La pérdida de Osvaldo, su hermano y compañero musical, en el año 2012 hace que, hoy más que nunca, aproveche cada momento cerca de su madre, quien se ha convertido en su mayor preocupación.
Esta es una historia de amor hacia la música y hacia la vida misma, develando una filosofía de vida particular, la filosofía de vida de Hugo Fattoruso.
El documental es un retrato íntimo de quién es Hugo Fattoruso, y de todas las cosas buenas y malas que lo llevaron a convertirse en el hombre que es hoy. Alguien que puede tocar varios instrumentos mientras lidera su banda en escenarios de teatros con localidades agotadas, y el hombre que hace mandados del brazo de su madre mientras saluda a cada uno de sus vecinos en el camino.
Quizás esa “doble vida” lo mantiene con los pies en la tierra, y permite que sea la excepción a la regla “Nunca conozcas a tus ídolos”, pues conocer a Hugo Fattoruso jamás traerá una decepción.