#BreveEternidad Soledad Álvarez, clase de religión y otros poemas

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Vanesa Spaccavento
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Vanesa Spaccavento

Directora at Corriendo La Voz
Melómana y Gramsciana. Bruja feminista. Ansiosa y verborrágica. Boca Juniors y Messi. [Memoria, Verdad y Justicia] [Aborto Legal, seguro y gratuito]
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Soledad Álvarez es de República Dominicana y nació en la década del cincuenta. Es poeta y ensayista. Internet, sus sugerencias e hipervínculos, nos ayudan a encontrar grandes autores que no sabíamos que existían, pero nos arrepentimos de no saberlo. Llegué a Soledad a partir de su obra. Llegué y me quedé boqueando como un pez al encontrar en su prosa espasmos de oxígeno.

Internet puede ser un universo infinito de posibilidades para nutrirnos de textos que nos impulsen, interpelen y hagan sentir. Amplificar voces y compartir arte, pequeñas grandes cosas que pueden cambiarnos el día.

Hoy le damos voz a Soledad a través de algunos de sus poemas.

Clase de religión

Dicen que Dios está en todas partes

que todo lo ve.

¿Estás en todas partes, Dios

todas las guerras el hambre viva los estómagos

embalsamados

el ojo inmenso

de cíclope insomne de Dios, lo ve?

La sangre en la cisura brutal del estupro

el puñal del asesino la ferocidad del malestar

¿y no se espanta Dios no llora no toma partido

la eternidad imperturbable?

Lo nimio también lo ve Dios.

La araña tejiendo el hilo de seda para la presa

la hormiga en busca del alimento

¿también a mí me mira cuando me miro desnuda

frente al espejo

cuando me peino fumo a escondidas quiero matar

y me avergüenzo?

Perdí la virginidad bajo la mirada de Dios.

El gran voyeur.

ORACIÓN DE LA MUJER SOLA

A Phileas

Señor, la que hiciste a tu imagen está sola
Ha perdido el rumbo y su boca que ha comido de tu cuerpo
tu boca que ha bebido de tu sangre está muda
Tú que la ungiste en el paraíso con palabras nuevas
             como el agua
palabras amadas para espantar la muerte
niegas la lumbre a sus ojos y desgarras sin piedad su corazón
La vida es triste fuera de la muralla de tu pecho
Hay traidores conquistando ciudades, mujeres que lastiman
héroes con los bolsillos llenos de monedas, mentirosos
maniobreros con olor de pulpo muerto
entre la multitud sin otro destino que el destierro
Protégela Señor. Toda la noche ahuyenta a los mercaderes
             de tu templo
apacienta las ovejas del sueño y canta las delicias de tu
             memoria
Toda la noche te espera. Las puertas cerradas, las lámparas
             encendidas como deseo
su vientre como ofrenda
las piernas que la arrastran como ahogada entre mendigos
             y piedras
Protéjela Señor. Regrésala a tu reino de flores desnudas
tu reino custodiado por hermosos guerreros desarmados
amplio y azul como mar desde donde zarparon los barcos
             a todos los puertos
sin las tormentas del odio
sin las bestias que se alimentan de los despojos del amor
Dios de humano corazón como vivir sin tu presencia lejana
             como todo lo que está cerca
¿Es que no oyes la súplica de quien escancia el vino y corta
             el pan
y dispone la mesa para recibirte?
¿No oyes el gorgor del agua que perfumo para lavarte los pies
             y besarlos luego
el agua mi agua escapándose para lavarte los adentros?
Alégrense las criaturas porque mi Señor ha vuelto
Bendito el que viene para el amor
porque hace manar jugos y savias de primavera
porque incendia mis venas y resucita lo invisible
Metamorfosis del ser indefenso que recibe tu luz
omnipotencia en mí
imagen de la pasión en mí
Esta noche reclinará su cabeza en mi hombro
mañana caminaremos sobre las aguas.

DECLARACIÓN

Juro vivir mi vida
sin treguas
armada hasta la muerte
sin aflicciones ni miserias
con mis culpas y derrotas bien lavaditas
y aireadas   vivir
sin torturadores o con ellos
pero sin pie para la traición
sin santos ni sobornos
sin traidores o con ellos
pero sin pie para la traición
vivir   amor
aunque me rompa el alma
pasajera de desastres
ventrilocua de lo indecible
contrabandista de valijas rotas
de amores y contramores
aunque me toque la muerte
aunque me claven las uñas
vivir con lentitud o con demencia
con la luz o sus negruras
ahora y después
hasta ganar la batalla.

(***)

Nos llegan voces de otros tiempos. Voces de décadas pasadas. Voces que siguen vivas. Veamos el lado bueno: ¡Internet puede llenarnos de versos para renacer!

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